Crónica | Simple Minds y La Plata en Noches del Botánico: Calidad cargada de nostalgia
El pasado miércoles 24 de Julio Simple Minds demostró que se puede ofrecer un concierto de calidad cargado de nostalgia sin quedarse anclado en el pasado.
Para abrir boca los valencianos La Plata lucharon contra el calor de la tarde madrileña y el poco público que se acercó para escucharles y animarles. Fue una hora repasando sus temas de Desorden 2018 y Acción directa de 2022. Un buen arranque para lo que venía a continuación. Acabaron acalorados después de darlo todo en cada tema, agradecer la oportunidad y las muestras de cariño del público.
Simples Minds entró como un torbellino en el escenario dejando claro que venían con la energía a tope para un show de casi dos horas. El público les recibió con una ovación lanzando los brazos al aire y saltando, con las primeras notas de Waterfront ya se notaba que iba a ser una noche grande. Siguieron Once Upon a Time y Mandela Day, la última espectacularmente ejecutada y cargada de sentimiento.
Las luces y la pantalla de fondo estuvieron a la altura del espectáculo y complementaban a la perfección cada tema. Bandas con este recorrido no dejan al azar nada y se notó el interés y cuidado por la estética general. Fondos dedicados de preciosas fotografías o simples efectos de luz que daban un toque a cada tema.
Los miembros fundadores, Jim Kerr y Charlie Burchill, están en plena forma y es destable la capacidad de conectar de Jim con el público, dejando bromas y gestos así como un interminable recital de poses y gestos que le caracterizaron y que son puro rock and roll.
Burchill también se dejó notar y tuvo sus momentos con varios solos de guitarra cuando pasaba al frente del escenario y el haz de luz se centraba en él. Espectacular en la ejecución y consistente durante todo el concierto.
La actuación estuvo cargada de clásicos de los ochenta. Glittering Prize, Promised You A Miracle y la canción principal New Gold Dream (81-82-83-84) se suceden rápidamente. Es como un mini set dentro de un set, que culmina con la batería de Cherisse Osei iluminada y destacada en el escenario para un impresionante solo que fue super aplaudido.
Belfast Child baja el ritmo, solo voz de entrada (con bastante rever pero sin molestar) añadiendo los clásicos tonos del teclado que introducen la melodía principal, la banda se toma su tiempo, sabe del golpe que produce en el público, es una canción emotiva, evocadora y mejorada por algunas grandes proyecciones en blanco y negro en las pantallas de fondo. Espectacular interpretación que deja todo preparado para el momento culmen de la noche.
Un monumental Don’t You (Forget About Me) que hace que el público eufórico cobre vida propia, saltando, gritando, alzando los brazos y sobre todo coreando cada palabra. Los espontáneos «La, la, la» son los cánticos más fuertes, largos y emocionantes que he escuchado en mucho tiempo en un concierto. Jim Kerr pareció sinceramente conmovido mirando el sold out del Botánico con todo el publico coreando sin parar… No lo cronometré pero fácilmente pudieron ser 10 minutos del público cantando «lalalala», o alargaron al máximo pero no creo que nadie se aburriera o lo sintiera forzado. Finalmente, bajando el ritmo de la música, Jim comenta: «Se nos está enfriando la pizza…» para salir junto al resto de la banda.
La banda sale y al poco vuelven a entrar para dejar todavía más alto el nivel con tres temas que rematan la actuación: Book of Brilliant Things con un solo espectacular del vozarrón de Sarah Brown, See the Lights aumentando si se puede la emoción y Alive and Kicking que se convierte en una nueva fiesta de comunión entre la banda y el publico para esta vez sí, despedirse de Madrid y agradecer la ovación de cierre.
La actuación de esta noche nos recuerda la impresionante historia discográfica de Simple Minds y deja claro que son una banda en vivo de primera categoría, verdaderamente genial, mucha calidad y nostalgia.