Mi síndrome de Stendhal con Sir Tom Jones
No son pocas las personas que me han advertido de que hoy voy a presenciar un espectáculo de los que ya no quedan, capitaneado por una de las mejores voces de la historia de la música. Las expectativas son criminalmente altas y yo me esfuerzo por vaciar la mente y evitar que el halago interfiera demasiado en mi experiencia. Evidentemente, no lo consigo.
En las inmediaciones de la Plaza de Toros de La Condomina, donde se celebra el ciclo de conciertos Murcia On que inunda de música la capital murciana de mayo a octubre, se respira alegría ya que la tregua al calor de los últimos días ha hecho que se abarroten las terrazas y los parques aledaños. Dentro me espera un lleno absoluto, sonrisas y aire festivo aunque la media de edad diría que ronda los setenta años y habla inglés, algo habitual en los encuentros con el galés.
Impecablemente puntual y encuadrado bajo un foco cenital, irrumpe el gran Tom Jones, sonriente y exquisitamente vestido entre la elegancia y la jovialidad. La torpeza de sus pasos me lleva a preguntarme si esa merma habrá atrapado también la voz pero me bastarán cinco segundos para tirar por tierra ese pensamiento. La noche pinta bien, realmente muy bien.
Inaugura la velada con la reciente I’m Growing Old. Un delicioso manifiesto interpretado con la voz casi al desnudo y los ojos cerrados. Su imagen en blanco y negro se muestra en pantalla y se mantendrá todo el concierto solo sustituida por video mappings en algunas ocasiones. No me hace falta ni una estrofa para percatarme de que estoy ante algo fuera de serie. Prevenida venía y los gurús tenían razón porque, aunque este señor vaya creciendo hacia la vejez, a mi me parece que ésta es solo otro de sus múltiples recursos.
Ahora y casi del tirón llega Not Dark Yet un tema de otra leyenda viva que aparecerá dos veces esta noche: el Señor Bob Dylan.
El galés se permite un respiro, saluda al público en un español precario y nos presenta a Gary Wallis, su director musical el cual le acompaña desde hace muchos años y le pregunta a modo de chiste picante que piensa hacer con sus congas.
En ese momento arranca la emblemática It’s not Unusual que sorprende al público tanto por caer con tanta premura como por la mutación de su base rítmica, ya que ahora suena a ritmo de bossa nova, donde no faltan el acordeón y las ya mencionadas congas. Hacia el final del tema el bueno de Tom bate palmas, hace que el público cante y nos deja atónitos con su legendario rugido.
El siguiente flechazo con un acordeón, será What’s New Pussycat?, una pieza creada por Burt Bacharach para la película, de Woody Allen del mismo título. En la pantalla imágenes de tiovivos tal y como requiere la canción.
The Windmills of Your Mind es un tema lento donde se lucen piano y percusión y el astro se acomoda en un taburete mientras su imagen caleidoscópica brota en pantalla. Para sacarnos del estupor general con una intro de guitarra, suena una de las más esperadas , Sexbomb, que también ha sido felizmente acomodada al cariz de las circunstancias. Ahora comienza lenta y despojada de todo lo bailable que esencialmente era pero después se convierte en una apisonadora al más puro estilo boogie. Escucho a alguien decir «Lo que ha perdido este hombre en movilidad lo ha ganado en clase» y no puedo estar más de acuerdo. Con un rasgueo de guitarra cae Popstar y nos dice el Maestro que esta canción es de su amigo Cat Stevens y que le sigue encantando tanto como al principio.
El señor Tom nos frena en seco para contarnos que en 1966 entró a una tienda de discos en NY City a preguntar si su ídolo Jerry Lee Lewis había sacado algo nuevo. Al llegar al hotel escuchó el nuevo disco country de Jerry que acababa de comprar y quedó fascinado, tanto que le dijo a su manager que algún día tenían que grabar Green Grass of Home. Después de un grande llega otro, otra vez Bob Dylan con One More Cup Of Coffee. El Maestro nos dice que siempre ha adorado a Bob y especialmente esta canción.
Justo en el ecuador de la velada Tom nos cuenta la anécdota de cuando fue al Hollywood Bowl a celebrar el cumpleaños de su amigo Willie Nelson .»Pensé: Joder Willie tiene 90 años y sigue tocando… Bueno yo tengo 24… ¿44?… ¿64?… maldita sea, creo que tengo ya 84 jaja» y Tom nos muestra su lado más humano y cercano, el tiempo pasa para todos.
Suenan los primeros acordes de Across The Borderline, con una introducción de guitarras lentas que suenan como la seda, como un regalo. Es justo en este momento cuando sufro el Síndrome de Stendhal (síndrome que causa un elevado ritmo cardíaco, felicidad, palpitaciones, sentimientos incomparables y emoción cuando el individuo es expuesto a obras de arte, especialmente cuando estas son consideradas extremadamente bellas) al descubrir la preciosa versión de esta canción de Ry Cooder, popularizada por Willie Nelson. El sonido es espectacular y en este tema es especialmente notorio. Pocas veces ha sonado tan bien este recinto.
El grande de Tom se vuelve a sentar y nos dice que la siguiente canción le ha acompañado toda la vida, es Talking Reality Television Blues un tema hablado más que cantado donde se recogen en pantalla grandes acontecimientos históricos. Las siguientes llegan pisándose los talones, son I Won’t Crumble Whith You If You Fall y Tower Of Song de Leonard Cohen, donde finaliza con unos graves alucinantes que salen de las mismas entrañas y que levantan un discreto aplauso. Este hombre puede hacer lo que se le antoje con la voz y más que un tigre es un ser sobrenatural.
A partir de aquí , el Señor Tom Jones pondrá al público en pie y ya no lo sentará hasta dentro de un buen rato. Arranca la mítica y actualmente polémica Delilah pero con un aire de vodevil al sonar una vez más el acordeón. La cierra con un grito agudo y una carcajada. Lazarus Man y You Can Leave Your Hat On mantiene el ritmo bailongo de la Plaza, incluyendo un grito descomunal y un solo de batería. Sigue If I Only Knew con coros y gran ovación. «Vamos a rendir tributo al último genio, el gran Prince» (Nos dice el bueno de Tom) y suena Kiss con una desmostración vocal donde no se le resisten ni graves ni agudos. Prince estaría muy orgulloso de esta versión. Justo al terminar se retira unos minutos, una pausa necesaria para regresar con los bises.
A su vuelta, el respetable lo recibe en pie. Comienza One Hell Of A Life de su compatriota Katell Keineg donde afirma «haber vivido una gran vida» como reza la canción. Tom anima al público de pista a que se acerque al escenario y el patio de butacas se convierte en una sala de conciertos con el público en pie arremolinado a lo ancho de la barrera… «Vamos a hacer un boogie de la Hermana Rosetta» y así irrumpe Strange Things Happening Every Day donde se luce el piano y el Maestro terminará haciendo el gesto de quitarse el sombrero ante el respetable.
«¿Podemos hacer una más?», por supuesto Tom. Entonces el de Gales nos cuenta que una noche, mientras veía en Las Vegas una actuación de Chuck Berry junto a Elvis Presley, Elvis señaló a Chuck y dijo » Ese es el verdadero rey del rock and roll». ¡Wow!. En la pantalla, la cara de Jones dentro de una jukebox y todo el público bailando Johnny B Goode.
Toda la banda terminará a los pies del escenario y en este momento serán las presentaciones: destacando a Scott McKeon a la guitarra principal y al ya mencionado Gary Wallis a la batería y dirección musical “que me lleva acompañando muchos años por todo el mundo y muchos años más que nos quedan”.
Disfruto de las ventajas de presenciar un espectáculo de otro tiempo, con una gran organización a cargo de Murcia On y un público también de antaño. Para muestra de ello el regalo de la casi ausencia de fogonazos de luz blanca de las pantallas de móvil . Se nota que esta generación viene a ver con los ojos y con el alma, ovaciona cuando toca y capta al vuelo cualquier sutileza o perla escondida entre las destrezas del Maestro.
Hacia el final de la gala y repasando algunas notas, advierto que nos encontramos ante el mismo repertorio que el galés ofreció en Alicante el verano pasado y que podeis leer aquí, pero esta vez con más chispa y energía, sin el halo de pesadumbre y epitafio de aquella noche. A pesar de que hay mucho de despedida en todo su repertorio y, a poco que se preste atención, descubrimos agradecimiento y plenitud entre sus letras. Pero esta noche ha sido alegre y festiva. Sir Tom Jones me ha sonado fresco y poderoso, diría que incluso rejuvenecido.
El imponente Tigre de Gales se despide con un «Buenas noches y que Dios os bendiga a todos». Sin duda hemos sido bendecidos por un ser etéreo con una voz torrencial que bien podría abrir los cielos.
Esta noche no hay cabida para las objeciones. Mi única pega es no haber visto antes esta maravilla, sin duda el último exponente de los grandes crooners y de un proceder sobre el escenario que ya no existirá tras su marcha. Si ésto ha sido una despedida bendita sea.
Artista: Tom Jones Recinto: Plaza de Toros de Murcia Fecha: 25 de julio de 2024 Organiza: Live Nation España / Ibolele Producciones Texto: Ana Meroño Fotos: Pedro Hernández @PicFromThePit