Los inmaculados suecos tienen una buena historia detrás, nos la cuenta Julen Figueras el ideólogo de esta magnífica iniciativa
¿Qué es y cómo nace esta banda?Dom Fläckfria significa “Los inmaculados” en sueco, y es nuestra forma irónica de llamar a un proyecto musical diferente. Se crea en un albergue para personas sin techo en Estocolmo, comienza como una actividad que organiza el personal del centro para involucrar a estas personas sin hogar, muchas de ellas mujeres.
El proyecto en sí ha ido tomando diferentes formas y dentro de él han ido participando diferentes miembros a lo largo de estos tres últimos años. Quienes empezamos todo esto somos yo, Fredrik Bergman y Jonas Roos, que por aquel entonces estábamos empleados en el albergue. Empezamos como una jam session a la que quienquiera que estuviese interesado pudiese venir y tocar o cantar. Pero claro, hablamos de personas con mucha inseguridad habitacional y, en la mayoría de casos, con problemas de drogodependencia. Eso complica sus vidas de forma considerable y hace que venir a una jam simplemente a pasar el rato sea una apuesta poco interesante.
De ahí pasamos a hacer versiones. Aquello funcionaba algo mejor, ya que siempre había alguien interesado en hacer temas de su gusto. Íbamos tirando por ahí, pero también había problemas porque no todos estaban preparados para tocar según qué canciones. Por la banda han pasado guitarristas que podían tocar Sultans of swing, pero también otros que apenas podían tocar acordes básicos.
Luego llegó la pandemia y se complicó todo, pero también para bien. Como no nos podíamos reunir en la sala de ensayo, pasamos a otra estrategia, que fue componer canciones propias, prepararlas entre Fredrik, Jonas y yo. Una vez estaban más o menos construidas, las presentamos a los que estuvieran interesados en tocarlas, es lo que hemos estado haciendo estos dos años y es lo que funciona mejor. Desde entonces, con algún cambio de menor calado, la banda ha estado formada por nosotros tres, además de Alexandra y Tess a las voces y Markku a la guitarra y a la voz.
¿Cómo llegas hasta aquí?
En aquel momento trabajábamos el turno de noche. Vimos que había mucha gente que sabía tocar, y que tenía interés en hacerlo. En el propio albergue hay una sala con algunos instrumentos en estado precario, y es ahí donde empezamos a mover el asunto. Ahora los tres hemos cambiado de centro de trabajo, pero seguimos tocando con la banda. Por amor al arte, y porque, con todos sus problemas, es un proyecto muy divertido.
Fue algo por lo que nadie apostó, no hubo zancadillas pero tampoco facilidades. Lo hemos hecho todo en nuestro tiempo libre. Y hemos ido poniendo cada vez más tiempo en ello. Cuando lo que tocas son versiones, pues vas, tocas un rato y ya, sin mayores consecuencias. Pero componer es más importante y satisfactorio. Aunque no siempre, generalmente soy yo quien compone la música y Fredrik quien escribe las letras, aunque cada vez ha habido más trabajo colaborativo entre todos, y todos han escrito textos para las canciones.
El concepto fundamental de la banda es crear canciones fáciles, para que las pueda tocar quien sea. Porque los miembros dentro de Dom Fläkfria van y vienen, necesitamos que sean cosas que uno pueda aprenderse rápido. Tocamos temas de tres o cuatro acordes y de estructuras simples. Es un concepto que para nosotros funciona, y hemos conseguido una formación estable en la que nadie viene a ensayar bajo la influencia de sustancias. Lo de las drogas y el rock and roll suena bien como mito, pero es un problema que hace estragos y, si bien puede haber alguna sustancia menos limitante, nadie toca mejor estando colocado.
Como cualquier banda funcional, la nuestra también tiene disfuncionalidades, no todos tienen el mismo nivel de implicación en cuanto a temas de puntualidad y demás. Este es un proyecto abierto en el que todos son bienvenidos y hay fluidez de miembros, vamos a la sala de ensayos y hay gente que ha ido y ha venido sin más. También hemos tenido diferentes formatos, acústico, eléctrico, con dos guitarras, con un piano. Intentamos adaptarnos a las circunstancias. Así, si de pronto vienen dos guitarristas, yo paso al teclado. Si viene un bajista, Fredrik pasa a la guitarra. Sonar bien, aunque importante, es secundario. En estos momentos, por ejemplo, tenemos a uno de nuestros guitarristas pasando un año dentro, por lo que yo me encargo de todas las guitarras y prescindimos de teclados.
En cuanto al estilo que practicamos, intentamos que las canciones sean variadas y de distintos estilos. Yo escucho mucho rock pero procuro que los temas que escribo no sean todo en el mismo estilo, de forma que las diferentes personas que se acercan a la banda puedan elegir los temas que más les interesen.
¿Sacáis algún tipo de beneficio de los conciertos?
Lo más importante de tocar es tener ese subidón del directo, ganar experiencia y comodidad tocando frente a otras personas, pero también hemos conseguido que nos paguen. Somos relativamente baratos, porque no pedimos más que 50€ por persona y concierto, pero consideramos que es importante que los miembros que viven en indigencia tengan un reconocimiento mayor. Los demás no cobramos, sino que el dinero va a la banda.
Lo cuentas como si fuera fácil, pero es increíble el nivel musical y cultural que hay en Suecia.
Sí, lo cierto es que la gente, da igual el tipo de vida que haya llevado o su nivel socioeconómico, es capaz en general de tocar algún instrumento, aquí la música se enseña desde la escuela, y no la flauta dulce precisamente. Los hay que tocan instrumentos de la música seria y formal, como el violín o el piano, pero también los hay que han aprendido a tocar la guitarra eléctrica o la batería en la escuela. Hay, además, todo un entramado de educación extracurricular que es gratuito, por lo que hay todo tipo de facilidades. Las salas de ensayo, por ejemplo, son abundantes, y gratuitas para jóvenes.
Todo ello redunda en la cantidad de bandas que hay. En este país la música en particular y el arte en general se ve con otros ojos, un chaval puede decir que se va a dedicar a la música sin que lo miren raro y sin que sea considerado un hobby para el tiempo que te queda después de tu trabajo de oficina. En este sentido, las formaciones profesionales dirigidas al mundo de la cultura o el espectáculo son también muy valoradas en Suecia.
Está claro que cuando se ponen facilidades no es raro tener muchas y buenas bandas.
Cuéntanos sobre las letras de las canciones, ¿van encaminadas a algo en concreto?Las letras están basadas todas en la realidad, en lo que vemos. La mayoría las escribe Frederik, y son las cosas que ha visto y escuchado en los albergues por las noches. Casi cada noche llega algún usuario con ganas de hablar, que te cuenta cosas sobre su vida y su situación y eso da pie a una letra que, aunque trabajada y anonimizada, es un reflejo fidedigno de la realidad. Cuando la letra la escriben Alexandra, Markku o Tess, estamos ante declaraciones verdaderas y de primera mano. Las letras son críticas con la sociedad sueca y sus políticas sociales. Suecia tiene uno de los índices de sinhogarismo más altos de Europa, al menos sobre el papel. La drogodependencia de los sin techo se intenta atajar sin ningún éxito reseñable, y ahí hay un montón de problemas con sus aristas que provoca mucha miseria vital. ¿Por ejemplo?Si un usuario o usuaria que está percibiendo alguna ayuda económica consigue un trabajo, aunque sean un par de horas mal pagadas, eso se refleja en tu cuenta bancaria, y es una cantidad que se reduce de las ayudas futuras. Eso, que puede parecer lógico sobre el papel, es completamente desmotivador a la hora de buscar ingresos.¿El tema de protesta social es entonces lo más llamativo?Buscamos un reflejo en la realidad, poner luz sobre una problemática que, por lo general, queda debajo de la alfombra. Con estas canciones buscamos sacar a estas personas de la invisibilidad, mostrar que son personas con las mismas necesidades y anhelos que el resto de la ciudadanía: comida, techo, relaciones humanas.Tenemos una canción titulada Drottningen (que se traduce como “La Reina”) y que trata de las cábalas que una mujer que vive en un albergue tiene que hacer para “ponerse guapa” antes de una cita. Entre las mujeres que se encuentran en la misma situación se echan una mano, se prestan algunos trapos para poder estar presentables y dar una apariencia de normalidad. Es un asunto aparentemente trivial pero que explica bien la clase de textos que hacemos. Porque nadie piensa en esas minucias hasta que se encuentra en semejante situación.Otro tema, titulado Hänger på ryggen (“Colgando de mi espalda”), narra en siete minutos la historia de la indigencia en Suecia desde la Edad Media hasta nuestros días, que viene a señalar cómo muchos de los problemas de hace 500 años se siguen dando ahora.Intentamos que sean letras interesantes y reales y a ser posible con un punto de sarcasmo y acidez para los que ven esto como un problema de higiene social y no como un problema de derechos humanos.¿Qué habéis conseguido como grupo hasta ahora?Mucha gente del entorno nos escucha. En el mundo de los sin techo se conoce todo el mundo. Hemos tocado en sitios y hemos puesto el dedo en la llaga de mucha gente, lo cual ha sido muy apreciado.Hemos llegado a tocar con una artista sueca, Lisa Nilsson, que fuera de Escandinavia no es tan conocida pero aquí es toda una estrella. Algo estamos haciendo bien. Para mí, lo más importante no es tanto la música que tenemos hecha y grabada sino el hecho de que nuestros miembros tienen algo importante a lo que asirse, alejado de las drogas. Es muy satisfactorio ver a gente que de otra manera estaría bebiendo o consumiendo drogas hacer algo distinto y tan significativo.Ves que hay un cambio en esas personas, ves que vienen a los ensayos sobrias y se aprenden sus partes y tienen grandes planes. Hablan de la banda con orgullo, y eso para mi es lo más importante que hemos conseguido.También hemos visto que esto está inspirando a otra gente a hacer cosillas. Al final hay un montón de gente que toca un instrumento aquí. Como decía antes, la cultura musical de la gente, independientemente de su vida, es muy alta.¿Hay planes de futuro más allá de ensayos? Tenemos grabados algunos temas, de hecho tenemos como 15 temas aunque no hayamos sacado todos. Son grabaciones literalmente caseras, las hemos hecho en casa, sónicamente no es interesante, pero sirve para que la gente sepa de qué va la cosa y más adelante grabaremos de forma más profesional, sí. Pero volvemos a lo que comentaba antes, la banda está funcionando muy bien en este preciso instante, pero las cosas pueden cambiar de un día para otro. Damos dos pasos adelante y uno atrás. Pero contamos con ello. It ‘s a long way to the top if you wanna rock and roll. Suecia musicalmente es un ejemplo a imitar en muchos aspectos, este, uno de los mejores, proyectos como estos, debería haber a miles.