Contexto histórico:

A lo largo del siglo XX el arte fue eliminando poco a poco las normas adquiridas tradicionalmente de la academia.

Así pues, la pintura dejó de representar el fiel reflejo de la realidad, cambiando los colores, las perspectivas y las formas, llegando a la abstracción, a la experimentación con materiales y técnicas innovadoras. La escultura dejó de ser algo estático y empezaron a crearse esculturas que tenían movimiento ya fuese mecánico o natural.

Una de las ideas más rompedoras fue que el arte no tiene por qué ser una obra tangible que perdure en el tiempo. Las obras de arte pueden ser efímeras, desaparecer o incluso ser una acción puntual que se acaba y desaparece.

La performance es un género artístico cuyo desarrollo ha venido ganando protagonismo a lo largo del siglo XX. Vinculado a diferentes disciplinas como pueden ser: la música, el teatro o la fotografía; este arte involucra cuatro elementos básicos: el tiempo, el espacio, el cuerpo o la presencia del artista en un medio, y la relación entre el creador y el público.

Las primeras acciones cercanas a lo que entendemos como performances están ligadas a movimientos artísticos de entreguerras como fueron el dadaismo o el surrealismo, quienes buscaron fuera de la lógica occidental y el pensamiento vías de expresión ya que este pensamiento fue, según estos artistas lo que había desembocado la primera guerra mundial.

Posteriormente, en los años 40 movimientos como el Action Painting también tenían ciertos aires de performativa. El nuevo realismo de los años 60 con obras como las antropometrías de Yves Klein también asentaron las bases de este movimiento.

Yves Klein performance

Yves Klein realizando sus antropometrías

Marina Abramovic y la performance

Sin duda, hablar de performance es hablar obligatoriamente de Marina Abramovic, artista de orígenes serbios que, desde los años 70 se ha dedicado a la performance.

En sus performances, Marina experimenta con el dolor, la relación directa con el público llegando a obras tan intensas como Ritmo 0, realizada en Nápoles en 1974, en la que dispuso 72 objetos en una mesa y se invitaba a la audiencia a utilizar esos objetos sobre el cuerpo de la artista.

«Hay 72 objetos en la mesa que uno puede utilizar en mí. Yo soy el objeto. Durante este periodo mi responsabilidad es plena. Duración: 6 horas»

La performance supuso un grave riesgo para la artista.

Junto con su entonces pareja, el artista alemán Ulay (Uwe Laysiepen), realizó colaboraciones durante 10 años con obras tan intensas como Rest Energy de 1980 donde Marina sostuvo un arco mientras que Ulay tensaba la cuerda con una flecha apuntando directamente a ella durante 4 horas.

Marina Ulay Rest Energy

Sin duda alguna una de las performances más emblemáticas de ambos fue The Lovers: The great walk wall donde cada uno recorrió desde un punto a otro la Gran Muralla China hasa encontrarse, darse un abrazo y despedirse, finalizando así su relación.

Chris Burden y la performance del extremo.

Otro artista de la performance fue el norteamericano Chris Burden, quien trabajó con su cuerpo como una de sus principales herramientas en sus obras.

Inspirado por el dolor auto infligido, realizó obras como Trans-Fixed en la que se crucificó sobre un  Volkswagen Beetle, o la obra Shoot donde le pidió a un amigo que le disparase con un rifle del calibre 22 mientras estaba quieto en una galería de arte a unos 5 metros de distancia.

Durante 1979, el artista realizó obras sobre la situación política derivada de la Guerra Fría e impresionado por el peligro atómico que suponía la carrera armamentística realizó una obra llamaa Atomic Alphabet.

Burden Atomic Alphabet

Esta obra realizada como un grabado coloreado a mano recoge en orden alfabético las atrocidades que se realizaron durante la Guerra de Vietnam, algo que resalta al poner caracteres chinos y referencias a la jungla. Posteriormente, el artista leyó el alfabeto pisando fuerte y en tono cabreado, enfatizando más aún esta sensación de odio y rechazo.

Con este formato aparentemente infantil, Burden manifestaba su rechazo al intervencionismo americano durante la guerra fría.

León Benavente, ERA y sus referencias a la performance.

A comienzos de año, la banda León Benavente presentaron su nuevo disco ERA, un disco maduro y complejo en el que hay referencias al mundo del cine y las artes.

León Benavente presenta ERA, su nuevo disco

Ya en el primer tema, Líbrame del mal la banda incluyó una frase de Blade Runner, pero, sin duda, destacaron 2 canciones cuya inspiración estaba en obras de arte y performances.

La primera es Todas las letras, una canción compleja, sin una estructura aparentemente reconocible en la que la banda juega con el mismo patrón que hizo Cris Burden con su Atomic Alphabet, incluyendo los contrapuntos en las voces de Miren Iza de Tulsa.

A la mitad del disco, León Benavente tiene la canción La Gran Muralla, una canción sobre el amor y el desamor con referencias a la performance de Marina Abramovic y Ulay.

Sin duda, la performance es un estilo artístico complejo y que no es fácil de comprender en un primer momento. Puede generar  rechazo e incomodidad, pero que, con más de un siglo de rodaje está consolidado en el arte contemporáneo.