Renovarse o morir, una frase que debería de resonar en la cabeza de cada artista antes de emprender ese viaje que es el componer nuevos temas. Cuando juegas al juego de tronos, o ganas o mueres; pues cuando cambias totalmente de estilo, te arriesgas a alcanzar la gloria, como bien hizo Radiohead con su Kid A, o a ser criticado hasta la saciedad como Linkin Park con *insertar aquí cualquier disco que no sea Meteora o Hybrid Theory*. Si bien hay grupos que se han dedicado a repetir una fórmula una y otra vez (lo cual por desgracia funciona), otros, como es el caso de Nine Inch Nails (formado por Trent Reznor, con la colaboración de Atticus Ross desde 2005) nos sorprenden a cada año con un disco bastante distinto del anterior.
Este 2017 Reznor nos presenta Add Violence (lanzado por su discográfica The Null Corporation), el segundo de una inacabada trilogía de Eps, el cual nada tiene que ver con el anterior, sin embargo; podemos notar marcadas influencias de anteriores discos como Pretty Hate Machine o Year Zero. Empezamos con Less Than, una canción con palpables influencias tecno ochenteras recién sacada de una recreativa. Si bien siempre he sido defensor de Reznor en cuanto a sus letras, debo admitir que no estuvo muy inspirado que digamos aquí. Con The Lovers empezamos a ver al NIN experimental, una instrumental en la cual se destaca unas repetitivas notas de piano las cuales junto a los susurros de Trent te mecen. Con This Isn’t The Place me mostré un poco descontento al principio al plantearme la posibilidad de poder ponerme a rapear sobre ella, acusaciones soltadas en caliente que se disipan con las posteriores escuchas. Oscura, con un montón de detalles ocultos y con una voz que se complementa genial con la instrumental.
Con Not Anymore podemos ver los primeros indicios de guitarrazos violentos que tanto añoran algunos fans, mezclados con la cuidada instrumental que tanto amamos otros. Finalmente llegamos a The Background World, canción de casi 12 minutos en la cual a partir del minuto 4 evoluciona hasta acabar siendo puro ruido, literalmente. Nos adentramos en unos calmados primeros minutos, para ir evolucionando, siempre acompañados de la voz de Reznor, y degenerar en una oscura instrumental.
Con este EP me atrevería a predecir en el futuro de Reznor, un cuidado y detallismo en la instrumental mayor que en sus anteriores trabajos y, no una dejadez, sino una reducción de la parte lírica en los tracks. Para los que echen de menos esa época en la que Trent estaba en una depresión, se metía de todo, hubo varios intentos de suicidio, etc. solo porque echan de menos agresividad en sus discos, os dedico las siguientes palabras: idos a escuchar Broken en bucle y dejad de lloriquear.