Reseña | Michael Monroe: “I Live Too Fast To Die Young!”

Michael Monroe – I Live Too Fast To Die Young!” (… It ain’t nothing when your head’s screwed on)

Y así esperamos que sea, de hecho que no mueras nunca. Vuelve nuestro rey finlandés del Rock más Glam y nos da otra de sus lecciones redactada en música de la que sólo él sabe hacer sonar y representar. Disco número once desde que esta Rock Star (para la que escribe, la número uno del Universo) decidió probar a volar con independencia de su punto de partida, los grandísimos Hanoi Rocks, con los que se prometió a la música. Aunque lo podríamos contar como el quinto disco desde su última época, y ya teníamos ganas, que eran tres años desde aquel One Man Gang que no dejó a nadie impasible.

Estamos ante un álbum de personalidad propia pero sin salirse del estilo de quien le da nombre, de ahí los estribillos modo himno tan usados por él, coreados a multivoz con melodías de esas que poseen tu cerebro a tiempo completo. Un disco donde la velocidad de los tempos nos hace bailar entre el Glam más crudo y el Punk, y donde la lección va más allá de la música, ya que ciertas letras son dignas de sentarse a leer, y vivir, incluyendo historias y visiones muy personales.

Michael Monroe :“I Live Too Fast To Die Young!”

Este lanzamiento de un trocito del mundo de Monroe, fue grabado en Inkfish Studios en Helsinki (Noviembre y Diciembre de 2021) y el equipo jugador de renombre son, además de Mr. Monroe en la voz principal y la armónica, a las guitarras tenemos a Steve Conte (New York Dolls) y Rich Jones (ex Black Halos, que además compone la gran mayoría de cortes del álbum), a Karl Rockfist a la batería (que firma en giras de la mano de por ejemplo el propio Danzig) y el gran Sami Yaffa (Hanoi Rocks, Demolition 23, New York Dolls, Mad Juana…) que porta, como sólo él sabe, el bajo, y algunas guitarras.

Comenzamos party con Murder The Summer Of Love donde las letras son disparadas en forma de balas recreando escenas sociales, trayéndome a la mente y salvando distancias, un remodelado Nothin’s Alright de Demolition 23 (aquella gran formación que lideró Monroe lanzando un algo magistral a la música, y ahí quedó la obra).
Y es que no sé si es cosa mía, pero en todo el álbum veo una recopilación de guiños a grandes bandas y grandes temas, en sonido y letra; de ahí el comienzo del álbum con el No Fun de este primer tema (Stooges?)

Y con el segundo tema en la misma línea festiva Young Drunks & Old Alcoholics que con su “Looking for a Fix”, no puedo evitar que me vengan New York Dolls habiendo encrudecido un tanto su Looking For a Kiss. Tema éste que es un chute de instrumentaria muy correcta y sin vergüenza ninguna.

Mi mención especial es para Derelict Palace, que bajando las luces de la fiesta en la que el disco nos tenía inmersos, con un toque gótico y un sonido esencia 100% Lords of the New Church, es de lo más profundo de los alrededores. Y en esa calma junto con las también profundas letras de Antisocialite, podemos apreciar más la voz de Monroe que continúa estando en su lugar en cualquiera de sus tonos, si no en uno aún mejor del que ha estado siempre.

El medio tiempo Everybody’s Nobody vuelve melancolizar en música y letras, pero con un punto más rockero y desenfadado, y siempre mención a Monroe y esa armónica suya abrazada por sus anillos, que son algo emocionante de oír y ver.

All Fighter coge carrerilla y acelera la función punkeando in extremis el repertorio, también un tempo muy de los que le gustan al finlandés, manteniendo y respetando siempre los hímnico-rítmicos estribillos donde la cosa frena para volver a escupir fuego en lo sucesivo. En el mismo plano existencial del punk más salvaje está Pagan Prayer, y aquí la introducción al tema en clave de bajo, vuelve a recordarnos al Sami Yaffa que tenemos a las cuatro cuerdas, con ese punteo.

Por supuesto, el Glam Rock de Monroe en su más pura esencia no puede faltar, y donde tal vez más se siente es en Can’t Stop Falling Apart y el buen rockandrollo que tiene esta canción. La magia de los teclados y del que lidera el cotarro nos lleva a imaginarnos cómo la liará en un escenario al ritmo imparable que se gasta el temita.

Y me vuelve a venir al oído una vez más Nothin’s alright con el comienzo a baquetazos de I Live Too Fast to Die Young, aunque esta vez seguido del trepidante bajo a los dedos de Yaffa. Canción que requiere trato especial por ser la que da título al álbum, así que contamos con la colaboración especial del mismísimo Slash en guitarras. Y se une al material más fiestero del repertorio.

Y un elegante punto final a un disco variado y completo, con la melancolía y el clavicordio de Dearly Departed, que tal vez junto con No Guilt” sean los temas más tristes del disco. Se despide así con la emotiva dedicatoria a Jude Wilder, su primera e inseparable esposa, que murió en 2001, siempre un honor oír confesiones compartidas de este modo.

No importa que pasen los años, no hay un disco malo en tu carrera, no hay un concierto que no sea la mejor representación en escena de la música que haces. Nunca las palabras inigualable o inimitable han tenido más sentido que cuando se te aplican a ti como el gran músico que eres.

Mi enhorabuena, por los músicos de los que te rodeas, por la música que haces, y por nunca dejar de ser tú mismo, por tu energía, y tu alma que es puro Rock and Roll.