Lo primero en visualiar este segundo día del Azkena Rock Festival fueron los californianos Lords of Altamont. Rock Garajero con muchas reminiscencias del sonido clásico de las bandas de Detroit como The Stooges o Mc5. Dieron un gran concierto sonando a muy buen volumen y donde Jack Cavaliere su vocalista es el gran centro de atención manejando ese teclado de manera espectacular. Buenas canciones como I Said Hey, Going Downtown, Live Fast ( Die Young) o Cyclone. Un excelente aperitivo para una jornada que se nos antojaba más que interesante.
Los británicos Mott the Hopple comandados por el incombustible Ian Hunter (al que pudimos ver en Murcia hace unos meses) eran los siguientes en salir a escena de nuevo en el escenario principal. Solo puedo decir que su show será de los más recordados en la Historia del Festival. MARAVILLOSA puesta en escena de músicos cuya calidad superlativa solo dejaron sonrisas en el rostro de todos los que acudimos a verlos. El gran Hunter respaldado por la que es su banda con la que gira en solitario y escoltado por otros dos miembros originales de los Hopple: Morgan Fisher al teclado y Ariel Bender a la guitarra repasaron canciones magníficas como Golden Age of Rock’n Roll, Sweet Jane, Rest in peace, All the Way from Memphis o la sempiterna All The Young Dudes.
Se marcaron un show que quedará para siempre en nuestras retinas.
Tras tan impactante momento del festival nos trasladamos a ver el show de los renacidos Turbonegro al escenario Respect. Acaban de publicar su nuevo album Rock’n Roll Machine con gran acogida entre sus fans aunque en él se alejan bastante del sonido punkrock clásico de la banda.
Comandados por el timón de la banda que es el espectacular guitarrista Euroboy arrancaron un show muy entretenido con alguna deficiencia en el volumen del sonido al principio del mismo. Su vocalista Tony Sylvester se ha integrado completamente en el seno de la banda aunque muchos añoremos el carisma de Hank Von Velvet. Los temas nuevos aglomeran influencias muy variadas pero por el protagonismo de los teclados nos hacen recordar a esos Van Halen más ochenteros. Buen show donde no faltaron las novedosas Rock`n Roll Machine o Hot for Nietzsche y clásicos como All my friends are Dead, Get it on o Age of Pamparius. Concierto que fue de menos a más y dejó bastante buen sabor de boca.
Seguidamente nos acercamos al escenario God a tomar posiciones para el concierto al que le teníamos más ganas de todo el Festival.
Que Joan Jett y sus Blackhearts se dejen caer por Europa y especialmente por España es algo muy poco común. Quedaba ya muy lejos su última visita en los ochenta teloneando a los germanos Scorpions donde tuvo que soportar aquellas hordas de garrulos lanzándole múltiples objetos al escenario. Eran otros tiempos donde la comprensión de géneros musicales no estaba demasiado clara por parte de algunos.
De riguroso cuero negro apareció sobre las tablas y nos dio a todos una lección de actitud, profesionalidad y Rock’n Roll que aún resuena en nuestros oídos y permanece en nuestras mentes.
Con un setlist para nada plagado de hits (aunque la mayoría lo son) apostando por varios temas del que fue su último trabajo de estudio Unvarnished como TMI, Fragile, Make it Back o Hard to Grow Up nos mostró que su música sigue sonando tan actual como hace más de cuatro décadas cuando empezó con The Runaways.
No faltaron los himnos Bad Reputation, I Love Rock’n Roll, Cherry Bomb, I Hate myself for Loving You o Real Wild Child donde puso patas arriba a muchos de los asistentes. Un concierto inolvidable que a muchos nos dejó un nudo en la garganta desbordados por la emoción.
En el escenario Love se desarrolló a continuación un pequeño homenaje al desaparecido Tom Petty (artista siempre reclamado por el público azkenero pero que desafortunadamente nunca pudo actuar en el Festival) por parte de la banda de Carlos Vudú y el Clan Jukebox junto a algunos invitados especiales como nuestro querido amigo Francis Sarabia vocalista de los valencianos Doctor Voltaje que subió a las tablas a interpretar dos magníficas versiones de Refugee y Free Falling.
Para cerrar el Festival había otro plato fuerte en el escenario principal. La reunión de Gluecifer tras 13 años de su última gira que supuso la disolución de la banda. Ignoramos si esto ha supuesto un replanteamiento en el seno de la banda para volver a los escenarios o simplemente un par de conciertos especiales (también han actuado en el Hellfest francés) de manera puntual.
Afortunadamente se encuentran en un estado de forma envidiable y a pesar de tan largo parón continúan dándolo todo en el escenario. Un repertorio que hizo repaso a su discografía con canciones como I Got a War (con la que arrancaron), Go Away Man, The Year of Manly Living (dedicada al desaparecido Kike Turmix), Get The Horn, Ducktail Heat o Desolate City. Un Biff Malibu que sigue impecable a las voces y el dúo de guitarras de Captain Poon y Raldo Useless que se compenetra a la perfección.
Esperamos que se animen a continuar apareciendo al menos en Festivales como han hecho estos últimos años los también escandinavos The Hellacopters.