«Brutus nos sorprenden con un show increíble y se postulan como una de las bandas más interesantes del panorama.»
Al término del Download Festival, Live Nation nos sorprendía anunciando un concierto de una de las bandas más sonadas del cartel. Estos eran los belgas Brutus. Aunque, por aquel entonces, el concierto parecía lejano, en un visto y no visto tocaba ir a la Sala Wurlitzer. Partíamos hacia la sala con mucha emoción y con las ganas de confirmar nuestras sospechas de que se trata de una de las bandas más interesantes surgidas en los últimos años. Desde Rock Culture os traemos una crónica de lo acontecido al paso de Brutus por la capital junto con un set de fotos. ¡No os lo perdáis!
Ya desde muy temprana hora, veíamos a una cantidad inmensa de gente haciendo cola para coger un buen sitio. Nunca hubiéramos pensado que la expectación era tal como para que un lunes noche pudiera juntar a tanta gente. Todo sea dicho, la idea de recibir a los belgas con una calurosa acogida nos emocionaba bastante.
El concierto comenzó puntual. El trío conformado por Peter, Stijn y la increíble Stefanie tomaban su sitio en el pequeño escenario de la Wurlitzer para deleitarnos con sus particulares propuestas musicales. Ya desde el primer momento buscaban incendiar la sala por lo que la canción de apertura no podía ser otra que Fire, de su reciente Nest. Con un público enfervorecido, el grupo daba las gracias por su asistencia para continuar con Cemetery.
El concierto transcurrió con total normalidad. La sala estaba a reventar. Si no fue un sold out, poco faltó. El sonido impresionó enormemente a todos los asistentes. Si bien pudiera parecer en un primer momento que se caracterizan por un sonido sucio y poco trabajado a causa de sus influencias del post punk, esto no es para nada cierto. Brutus cuidan la composición y la puesta en directo con mucho mimo. Sus influencias post punk tienen mucho más que ver con su actitud a la hora de llevar esa música al escenario que con su sonoridad en sí misma.
Por lo tanto, el proyecto resulta en un grandísimo trabajo con un sonido muy original en el que podemos escuchar multitud de influencias y en el que se conserva una particular forma de ver la música, muy cercana. En ella, el espectador se hace partícipe y favorece una introspección brutal, en la que los cambios de ritmo frenéticos, la increíble voz de Stefanie y las partes más melódicas te mecerán como pocos grupos consiguen.
Haciendo un pequeño resumen de los grandes momentos del show, los primeros temas fueron un cañón tras otro. Ya desde la primera Fire fue un no parar de disfrutar. Sin embargo, el momento culmen del concierto llegó con su aclamado tema War. Este provocó un aluvión de móviles grabando, para llevarse ese pequeño recuerdo al mismo tiempo que cantaban y vivían la canción como nunca. Otro de los momentos más dulces llegó con Justice de Julia II, tema central de su primer disco Burst. Esta canción se caracteriza por tener toda la fuerza con la que Brutus golpea, pero conservando ese toque melódico y preciosista que los hace únicos. Se despidieron con Sugar Dragon, una canción que va totalmente in crescendo hasta desembocar en un tremendo solo de batería de la increíble frontwoman. Esto desembocó inevitablemente en una ovación del público que quedó encantado por la actuación estelar.
Si tenemos en cuenta que Brutus no contaban con teloneros, que era un lunes por la noche y que hace tan solo unos meses habían tocado en el Download Madrid, resulta bastante extraño ver a tanta gente reunida en la sala. Claro que, si tanta gente había hecho el esfuerzo de acudir, era totalmente meritorio del grupo. Esto nos lleva a reflexionar acerca de si estamos ante uno de los grupos más prometedores del panorama. La respuesta es un rotundo sí. Sólo cuentan con dos discos y ya se pueden considerar como unas auténticas joyas. Claro que habrá que ver cómo evoluciona el grupo pero la capacidad que tienen para crecer es incomparable. Ojalá estén de nuevo por nuestro país pronto y, a poder ser, con material nuevo.