Crónica: Luis Rey – Foto y Vídeo: Manu Hernández & Alfonso Rock Culture
El nacimiento de un evento musical nunca es tarea fácil para todos aquellos que lo ponen en marcha. En este caso que se realice en una ciudad portuaria como Cartagena (ciudad trimilenaria y con una historia y patrimonio detrás inigualables) en la que un servidor se ha criado lo hace todavía mucho más especial.
El Ayuntamiento de la ciudad de la mano con la productora Madness Live han hecho posible un sueño que muchos de los habitantes de la ciudad y amantes de la música y el buen Rock llevaban toda una vida esperando. La primera edición del Rock Imperium ha sido la primera piedra en la construcción de un festival que ha venido para quedarse. Un éxito rotundo de organización y asistencia de público reuniendo cerca de 40.000 personas en los dos días de su celebración.
El primer día de festival siempre arranca con los típicos nervios y ansiedad de que todo salga bien tanto para la organización como para los asistentes. Venimos de dos años de pandemia mundial llenos de restricciones y a la gente le apetece sin lugar a dudas recuperar su vida anterior con plena libertad de acción y movimientos.
El recinto instalado en un marco incomparable muy cerca de la orilla del mar y pegado al puerto de Cartagena estaba distribuido en 3 escenarios donde se fueron repartiendo todas las actuaciones de las bandas.
El jueves 23 de junio tuvo lugar la jornada inaugural, denominada Litha Night en homenaje a la celebración que se hace en países nórdicos, entre otros, del Solsticio de verano. El tercer escenario, menor en tamaño pero en un entorno privilegiado, fuera del recinto principal y justo detrás del Auditorio y Palacio de Congresos municipal El Batel, acogió a dos bandas representativas de estas culturas que tanta presencia han tenido y tienen en el mundo del Rock y el Metal. Los finlandeses Moonsorrow, con su Pagan Metal con tintes Folk y reminiscencias Black de sus comienzos, fueron los encargados de hacer sonar las primeras notas del festival, congregando a unos cuantos cientos de asistentes que, junto a otros tantos que circulaban por todas las inmediaciones del festival vieron como arrancaba un evento que ya ha hecho historia en la música en directo en la ciudad levantina. A medida que pasábamos del sol que aún se notaba en el ambiente hasta el anochecer, se fueron calentando los asistentes, animados por las arengas que los fineses lanzaban desde arriba del escenario con temas clásicos en su carrera como Sankarihauta, Jotunheim o Suden Tunti, donde los pasajes ambientales cargados de épica daban paso a partes más contundentes con un sonido más áspero.
Esa fue la tónica de un buen concierto para abrir boca, ambientado al fondo del recinto por las huestes de Gesta Regnorum, grupo de recreación histórica medieval que instaló allí un pequeño campamento que hizo las delicias de niños y mayores.
Tras la intensa descarga de Moonsorrow, y ya con la noche, llegó el cambio de tercio de la mano de la artista danesa Amalie Bruun con su proyecto Myrkur. En 2018 tuvimos el placer de presenciar su directo en el Download Festival de Madrid, con la gira de su segundo álbum Mareridt, una obra maestra de oscuro Folk y Black Metal a partes iguales. En Cartagena, la danesa nos deleitó con otro registro donde se desempeña igual de bien, el Folk del que está compuesto su último disco Folkesange (2020) donde hace una revisión de la música tradicional escandinava. Para la ocasión vino acompañada de músicos con instrumentos de cuerda y percusión, así como apoyo vocal para aumentar más aún los matices que ya de por sí tiene su mágico sonido. Además Amalie, como multiinstrumentista que es, hizo gala de su buen manejo del teclado así como de otros instrumentos de época como el tambor de marco o la viola de teclas.
En definitiva, una verdadera experiencia para los sentidos que hizo las delicias de los amantes de los sonidos propios de la cultura nórdica así como del cine de temática vikinga, poniendo el cierre a una jornada inaugural tranquila a la vez que llena de intensas emociones.
Fotos Litha Night
Viernes 24
Injector
En el mismo Heretic Stage comenzaron su descarga al día siguiente los cartageneros Injector que se han ido abriendo paso firme en el circuito de conciertos nacionales a base de su mucha calidad y de practicar un género como el thrash metal hecho con fuerza y pasión. Presentaron temas de su más reciente álbum de estudio Hunt of the Rawhead y aunque en principio no les acompañó el sonido sacaron adelante una actuación más que destacable.

Sodom
Sin poder terminar de ver la actuación de los cartageneros nos trasladamos a uno de los escenarios principales (el Estrella Levante Stage) para ver a unas leyendas como son los alemanes Sodom con más de 40 años de carrera en los escenarios de todo el mundo. Una banda completamente Old School que salió a darlo todo en una actuación frenética donde no faltaron sus himnos Agent Orange, Sodom and Gomorrah o canciones de su álbum publicado el pasado año Bombenhagel.
Bush
Cambiamos de ubicación (en este caso a la izquierda del recinto) en el escenario Imperium Stage para ver la actuación de los británicos Bush que para muchos estaban un poco desubicados en el cartel porque su estilo es más cercano al Rock Alternativo que al Metal. Brillante y solvente show pese a no estar en su terreno con un muy buen sonido. Su frontman Gavin Rossdale no paró quieto ni un instante sobre el escenario interpretando algunas de sus canciones como The Kingdom o Glycerine.
Lacuna Coil
Los siguientes en el día fueron los italianos Lacuna Coil comandados por el dueto de voces de la bella Cristina Scabbia y el siempre solvente Andrea Ferro.
Con un recinto que ya presentaba una entrada bastante importante desplegaron su arsenal de temas que combinan el rock gótico con pasajes muy operísticos.
Con un recinto que ya presentaba una entrada bastante importante desplegaron su arsenal de temas que combinan el rock gótico con pasajes muy operísticos.
Pudimos escuchar Blood, Tears, Dust o Heaven’s a Lie muy celebrados por sus fieles seguidores.

The Vintage Caravan
Nos volvimos a trasladar al Heretic Stage para ver una de las bandas que tenía marcada en rojo del día. Los islandeses The Vintage Caravan a los que ya había tenido oportunidad de ver en un par de ocasiones más no decepcionaron a nadie. Su propuesta como Power Trío que recoge el testigo de las grandes bandas de los 70 como Grand Funk Railroad es una carga de pura adrenalina. Pese a su insultante juventud se manejan sobre el escenario como peces en el agua y ofrecieron una descarga de rock´n roll clásico absolutamente brillante. Sonaron Whispers de su último álbum de estudio y las excelentes Babylon o Expand your Mind con la que cerraron con todo el público asistente metidos en el bolsillo.

Amorphis
La siguiente cita era con los finlandes Amorphis de nuevo en el escenario Estrella de Levante del recinto principal. Son una banda referente en su estilo que ha ido puliendo su sonido con el paso de los años alejándose más del Death Metal y buscando refugiarse más en melodías Doom. Su vocalista Tomi Joutsen ataviado con una camiseta de su adorado Glenn Danzig ejerció de maestro de ceremonias en una actuación sobria pero soberbia donde no faltaron canciones como Northwards, The Moon o Black Winter Day.
Black Label Society
Superadas ya las 21.00 horas llegó el turno a uno de los platos fuertes del día y uno de los shows más esperados del festival. Los Black Label Society de la leyenda de la guitarra Mr. Zakk Wylde hicieron dos cosas fundamentales que fueron llegar y vencer. Un concierto soberbio donde la guitarra del maestro brilla por encima de todo lo demás (para eso es el líder indiscutible de su banda) pero que cede mucho protagonismo y complicidad al resto de componentes del grupo para que tengan también sus momentos de lucimiento. Repasó temas de su discografía mientras aparecían en la pantalla del fondo del escenario las portadas de los álbumes de cada canción. Tremendas Bleed For me, Fire it Up o Suicide Messiah. No vinieron a hacer prisioneros y lo demostraron desde el primer momento sin parar de arengar al público. Uno de los momentos más emotivos del show es cuando Zakk se sentó al piano e interpretó In This River con imágenes de los desaparecidos Dimebag Darrell y Vinnie Paul de Pantera amigos íntimos del guitarrista.
Avantasia
Los siguientes eran Avantasia como cabezas de cartel principales. La criatura creada por Tobias Sammet es lo que a día de hoy podemos comparar más con una Ópera Rock o Metal itinerante con una puesta en escena que no escatima medios. Un espectáculo digno de ver aunque su propuesta convenza más o menos. Para ello cuenta con un arsenal de artistas que lo acompañan que hacen que el show sea un ejercicio de brillantez a cargo de todos los que intervienen. En esta gira lo acompañan Ralph Scheepers de Primal Fear, Jorn Lande, Eric Martin de Mr.Big, Ronnie Atkins de Pretty Maids y Bob Catley de Magnum.
Un setlist más corto de lo habitual (suelen ofrecer casi tres horas de show) donde no faltaron Reach out for the Light, Dying for an Angel, Mystery of a blood red rose y la traca final con todos en escena para interpretar Sign of the Croos/The Seven Angels.
Una primera jornada de sobresaliente donde todas las bandas ofrecieron muy buenos shows y el magnífico sonido fue también algo a destacar.