The Midnight Devils, Highway y Enuff Z´Nuff llenan de color y rock una noche madrileña.
The Midnight Devils estallido de color
Llegué a la sala y me encontré a los chicos de The Midnight Devils tomando algo charlando con la gente, ataviados con su outfit DIY, aquello parecía una relajada reunión de amigos, pintaba bien la cosa.A priori parecía la típica banda acertada para ser teloneros, divertida, colorida y con un sonido mezcla de rollo glam con casi ska sucio a lo punk, que apetece para ese momento previo. Si el brillo de labios tuviera olor, hubieran inundado la sala de perfume rosa. La carga sexual de su propuesta es inevitable.Están loquísimos, pero si abren un frenopático, yo pido plaza ya, se notaba que era la primera vez que venían a visitarnos y que querían causar buena impresión.Glam de ahora y de alta gama, impredecibles sobre el escenario. Con dos discos bajo el brazo nos han hipnotizado a base de simpatía y buen hacer, como músicos no son Dream Theater, pero no son la típica banda absurda carente de talento, solo que ellos lo llevan al extremo y lo hacen bien.La versión de Panama de Van Halen, puso a ebullición la sala, Chip, haciendo coros agazapado desde la puerta del camerino puso el toque divertido y Sniper demostró que sabe lo que hace a las seis cuerdas.Para el último tema de su extra corto set list, Sam decidió soltar el bajo, subirse a dos banquetas que puso en medio de la sala, ponerse una corona y una bata fucsia y deleitarnos con su enajenación musical, que divertido concierto nos dieron. Así se gana a la gente.
Highway rock del sur de Francia
Los franceses eran totalmente desconocidos para mi y el papelón de tocar después del pedazo huracán de los americanos, era complicado. Actitud fresca, divertida y sexy, la pasión desbordaba el escenario. Su look muy americano sureño y country de bar encajó entre el glam alocado y el rock.Si pensábamos que Highway venían de paso nos hemos equivocado. Los hermanos Chambert bien han vendido su alma al diablo. Estribillos adictivos, finales en agudos y un guitarra muy implicado y sensual acompañaban temas nada cortos que caían uno tras otros como en una cascada creada dentro de un bar con olor a alcohol. La batería en esta ocasión estaba muy controlada y la voz se escuchaba a la perfección.Se divirtieron y nos contagiaron, ellos sí tuvieron un set list más amplio y pudimos degustar los temas como a tragos. En Action nos hicieron chascar los dedos, para hacer en blues sucio a capella con el que pasamos espontáneamente a las palmas. Una jam final llena de buen rollo y diversión aprovechando el tema Leave Me Alone nos anunciaba que el concierto se acababa cuando mejor lo estábamos pasando y más cómodos estábamos todos, que buen rollo dejaron sobre las alfombras que cubrían el suelo de la sala. Aún quedaba lo impresionante por llegar.
Enuff Z´Nuff Chip sigue al mando
Una pequeña prueba de sonido, y la intro de Magical Mistery Tour nos apremiaba a coger posiciones, los de Chicago estaban a punto de desmontar la Rockville.A través de sus gafas rosas y de los colores de su vetusto bajo, Chip ve la vida de otra forma y de esa misma manera, nos hace meternos en su rollo. Leí por ahí que en el escenario era un tío opaco y distante, nada más lejos de la realidad, se pasó el concierto entero charlando, contando historias de los temas, agradeciendo, sonriendo y hasta nos cayó un encore de regalo de lo cómodos que se sintieron.En Heaven and Hell ya se notaba que la voz iba baja, mucho, en comparación a la potencia de Daniel Hill a las baquetas y que Tory y su guitarra iban a tener una buena lucha de acoples, nada que empañara el resultado final más allá de lo normal. Las guitarras hacen de eje intercambiando riffs discretos haciendo que nada se tambaleara.Siempre tuvieron para mí, más nombre que temazos, quiero decir, no han sido una banda de singles, sino de permanecer en su lugar por años y años. Eran la alternativa al glam antes de que se necesitará una alternativa y ahora son el recuerdo palpable de aquello que parece tan lejano.Con las versiones de sus adorados The Beatles, Eleanor Rigby, Live and Let Die y alguna más de las fIjas de esta gira como Jet de The Wings con Paul McCartney su show fluía y las caras de admiración de los fans de verdad eran reveladoras.Una jam entre medias es perfecta para mantener el ambiente caldeado y fulgente, Baby Loves You se presentó perfecta para el momento. Chip nos deleitó acercándose al borde del escenario con un solo. Camiseta de Cathouse, paquete de cigarrillos en el bolsillo de la chaqueta y olor a perfume rancio, impresionante. Le siguieron el resto, Daniel con su batería y Tory si se explayó esta vez algo más con sus cuerdas.Temas como In the Groove, suenan tan bien a ese rock que hicieron en los 80 los que adoraban a los 70, que llenan el espíritu rockero sin dejar lugar para aburrirte mas que lo justo para girar tus pies al ritmo impuesto por ellos.Cerrando con sus puntos fuertes Fly High Michelle y New Thing con la sala ardiendo y coreando los temas el show daba a su fin, pero conseguimos una más, a pesar de ello el set list se quedó ajustadito y egoísta por su parte, queda justificado por el hecho de haber tocado tres bandas.Salí de la sala en un remolino de sensaciones variadas a analizar, mucho nos habían ofrecido estas tres bandas que dejan claro que el rock, en la versión que sea, sigue teniendo su fuerza y cabida en este mundo.