Hoy vengo de hablaros de una guitarra muy especial ya que no une a dos sino a tres grandes y conocidos músicos: Peter Green, Gary Moore y Kirk Hammet.
Se trata de Greeny, cuyo primer dueño era John Mayall líder de la banda Blues Breakers a la cual perteneció Peter antes de irse y fundar Fleetwood Mac. Más tarde cuándo Gary Moore aún era un desconocido bluesman Peter le pasó su Les Paul y esta guitarra pasó a formar parte de la legendaria figura de Moore, a día de hoy es imaginárselo sin ella y sin el sonido tan característico que le otorgaba.

Cuentan que Moore nunca se separaba de su querida guitarra, ya sea yendo al estudio, de gira… Incluso le llegó a pasar que tuvo un accidente de coche con ella aunque por suerte se pudo reparar sin problemas. En los 90 el luthier Jol Dantzig puedo destriparla y descubrir que ese sonido tan único provenía de que la polaridad del circuito estaba invertido por un error de fábrica.
Desgraciadamente pasaron los años y Moore vio reducida su fama y en aumento sus deudas lo cual lo hizo deshacerse de algunas guitarras, entre ellas el legendario instrumentos que nos ocupa estas líneas, el comprador fue el dueño de la casa discográfica Maverick Music en el año 2006. Moore siguió tocando hasta que como todos sabemos nos dejó 6 años después.
El instrumento permaneció fuera del radar durante años hasta que en 2014 Kirk recibió una llamada sobre una guitarra sobre la que podría estar interesado. Por supuesto se trataba de Greeny, Hammet consultó la compra con nadie más y nadie menos que Jimmy Page. Y así es como después de tantos viajes actualmente la mítica Greeny se puede escuchar en el último álbum de Metallica.
Pero sabéis lo más curioso todavía? Greeny es una Gibson Les Paul del 59, la mejor tirada de Les Paul según los expertos, las más cotizadas, sumado a lo anterior convierte a Greeny en de los instrumentos más especiales que se me vienen a la mente.