¡Hola! Muchas gracias por dedicarnos tu tiempo. Antes de nada, me gustaría que nos contaras ¿Cómo han sido tus inicios en la industria musical? ¿De dónde nació el interés por este sector?

¡Muchas gracias por ofrecerme la oportunidad! Empecé a interesarme por la música desde muy niña. Tanto, que ni siquiera recuerdo un momento concreto en el que empezase. Siempre estaba o bien cantando, inventando letras, cambiando las letras de canciones ya existentes o haciendo un ruido que yo consideraba “tocar la batería” con cajas vacías y latas.

A los nueve años empecé a tocar la guitarra, y desde entonces no he dejado de
aprender. Sin embargo, no considero que me haya iniciado en el sector hasta hace
relativamente poco. Desde los dieciséis años aproximadamente decidí que quería
dedicarme a la música como un trabajo a tiempo completo, pero no tenía ni la más
remota idea de cómo iba a hacerlo funcionar.

La música para mí es un trabajo a tiempo parcial ahora mismo. Doy clases,
conciertos y hago encargos, y si bien se trata de la mayor parte de mis ingresos,        queda aún muchísimo por hacer.

Por lo tanto, si hablamos de la música como trabajo, mis inicios en el sector fueron lentos. Empecé a tomar encargos de grabación de solos de guitarra hace unos tres años, con una grabación al mes, más o menos, y parones entre medias. Poco después empezó la grabación del primer disco de mi banda.

Comenzamos a trabajar con la agencia con la que seguimos a día de hoy, programando una gira nacional de unas doce fechas. Pero llegó la pandemia dos meses después del lanzamiento del álbum. Así que de nuevo de parón y prácticamente sin poder hacer nada al respecto.

Ahora mismo estamos aún haciendo esas fechas, que se han ido aplazando y moviendo
continuamente a causa de la alerta sanitaria, así que se puede decir que aún estoy en
mis comienzos, con la primera gira y el primer disco.
El interés, a decir verdad, no sé de dónde salió. Un día simplemente decidí que
era esto lo que me hacía feliz y lo que quería hacer con mi vida, y desde entonces no
he tenido otra idea en mente.

Creo que la educación musical debería tener más importancia durante la escolaridad.

Cada vez podemos ver más la presencia de mujeres en carteles de festivales y otros eventos, pero aun así sigue predominando la presencia masculina en este ámbito ¿A qué crees que se debe?

No sabría decir. Pueden ser mil motivos distintos. De base, cada vez que alguien
dice que se quiere dedicar a la música, lo común es que familiares y amigos intenten
disuadir al músico para que haga algo más seguro.

En la escena del rock y el metal (que es en la que me muevo), todavía es una
sorpresa cuando hay alguna chica al mando o tocando algún instrumento que no sea el
teclado o cantar. Cada persona es un mundo y no me atrevería a decir por qué no hay
más chicas tocando más instrumentos, pero un motivo podría ser la falta de referentes.

¿Qué medidas piensas que deberían tomarse para ayudar a que esta situación
cambie?

Creo que la educación musical debería tener más importancia durante la
escolaridad. Si hubiese una asignatura que introdujese a la música de un modo
interesante y bien cimentado en colegios e institutos, muy posiblemente habría
muchos más músicos.

¿Cuáles son las principales diferencias que encontraste a la hora de introducirte en el mundo musical siendo mujer?

Pues que por desgracia, se tiene demasiado en cuenta el aspecto físico de la
mujer en la escena. Las chicas que tocan con una técnica impecable pero no se
maquillan o no se visten de un modo llamativo, van a recibir muchísima menos
atención que una chica que se vista bien y se maquille, aunque no tenga una técnica
especialmente desarrollada.
Por otra parte, yo me considero una afortunada en el aspecto en el que, desde
que empecé a tocar en directo, hace diez años, no he tenido ningún encontronazo de
este tipo.

todas esas mujeres que están, básicamente, haciendo lo que les gusta, pueden ser un buen referente para las generaciones venideras.

¿Ves un crecimiento de presencia de miembros femeninos en esta industria en los
últimos años? ¿En que ves qué haya cambiado?

Suele haber cada vez más bandas formadas exclusivamente por mujeres, y cada
vez más miembros femeninos en los grupos. En los anuncios de “se busca” para formar
bandas, muchísimas veces dejan por escrito que les da igual el género del músico
mientras defienda bien su instrumento.

¿Por qué mujeres te sientes inspirada? ¿Hay alguna con la que te haría especial ilusión trabajar?

Joan Jett ha sido una de mis referencias desde siempre. Más tarde supe de la existencia de Nita Strauss, súper inspiradora, y de Merel Bechtold, que desde que la vi tocar en directo con Delain me ha encantado su presencia y he seguido su trabajo.
Luego, con respecto a mujeres que toquen otros instrumentos, podría nombrar a muchísimas. Me encantaría trabajar con Alissa White-Gluz, Charlotte Wessels o Floor
Jansen, por nombrar unas pocas.

¿Cuáles son las artistas que ves dentro del sector que sirven como referencia para
nuevas generaciones?

Cualquiera que haga algo diferente. Cantar guturales, ser guitarra solista, tocar
la batería o ser la compositora de un grupo. Sin decir nombres, todas esas mujeres que
están, básicamente, haciendo lo que les gusta, pueden ser un buen referente para las
generaciones venideras.

Siendo mujer siempre se juzga más la apariencia, algo que en los hombres parece no ser tan relevante ¿Ha influido tu aspecto físico en algún sentido a la hora de trabajar en este sector?

Sí. Me he dado cuenta de que los vídeos en los que me he molestado en
disfrazarme un poco para estar más guapa tienen siempre más visitas que aquellos
en los que simplemente toco y ya está. Me resulta un poco frustrante, porque yo soy
un desastre para esas cosas.

¿Hay alguna situación que hayas vivido en esta industria por ser mujer que te haya marcado?

Hace unos años, un medio de power metal me hizo una entrevista por escrito, y
cuando la publicaron, se refirieron a mí como el guitarrista. Escribí al redactor para
que lo cambiase, y cuando se enteró de que era una mujer (la verdad es que podría
haberse metido a investigar un poco), me dijo algo así como “wow, ¿todo esto lo ha
hecho una chica?”

¿Piensas que en este sector prevalece la sororidad ante la envidia o al contrario?

Considero que la sororidad está por encima de la envidia. No he conocido (al
menos, que yo sepa), a ninguna mujer que haya intentado tirar por tierra el trabajo de
otra. Quizás es que simplemente no soy capaz de verlo, pero hasta ahora no he tenido
nunca ningún problema de ese tipo, y cada vez se ven más colaboraciones entre
mujeres conocidas y no tan conocidas dentro del sector.

Ha pasado ya bastante tiempo desde que comenzó la pandemia del Covid-19 y que tanto ha afectado a la cultura, especialmente a la música en directo. Poco a poco se van dando pasos hacia una vuelta a la normalidad, pero aún sigue habiendo riesgo. ¿Cómo lo has llevado todo? ¿De qué manera ha afectado a tu actividad y cómo has conseguido seguir adelante con tus proyectos?

La pandemia nos paró en seco. Nuestro álbum debut salió en diciembre de
2019, y la gira estaba planeada para 2020. Hasta septiembre de 2021 no pudimos
empezar con los conciertos, por lo que la promoción del disco quedó un poco en el
abismo sideral. Por suerte, yo he podido seguir haciendo encargos, ya que grabo desde
casa. Siempre hay trabajo que hacer, así que simplemente hay que seguir adelante con
las herramientas que tenemos en cada momento.

Cuéntanos con más detalle, ¿en qué andas inmersa actualmente? ¿La situación actual influye de alguna manera en cómo lo estás enfocando a corto y medio plazo?

Ahora mismo estoy terminando de componer el segundo trabajo de mi banda,
mientras hacemos los conciertos de la gira anterior. Hay muchísimo que organizar, y mil
cosas que hacer, sobre todo porque mi proyecto no es solo música, sino un proyecto
trans-media.

Norwald es un mundo de fantasía creado desde cero, con sus piedras, plantas,
animales, dioses, mitología, ecosistemas… de todo. Las historias que ahí ocurren las
escribo y luego las llevo a música, a un estilo conceptual en el cual la música sirve a la
historia y no del revés. El primer disco no tiene esto tan marcado, pero el segundo, si
bien no se sale del metal, no sería capaz de ponerle una etiqueta de subgénero.
Así que ahora mismo estoy componiendo y grabando, revisando la historia,
escribiendo las letras, y empezando a hacer las entradas de la wiki-Norwald para
nuestra web, para los más frikis que quieran investigar un poco sobre cómo funciona
este mundo de fantasía. Por otra parte, preparando la organización y el calendario de
objetivos, viendo presupuestos para videoclips y más, el merchandising y el resto de
cosas que acompañan cada salida. Mucho trabajo, a decir verdad, pero por el
momento no creo que la pandemia se pueda meter por en medio de eso.
Con respecto a los conciertos, eso lo lleva nuestro mánager, así que espero que
para cuando hagamos la salida, la pandemia haya amainado un poco y podamos llevar
a cabo una gira normal.

¿Qué opinas sobre esta sección de mujeres en la industria? ¿Piensas que ayuda a
destacar la presencia de la mujer y sus circunstancias en el rock y el metal; ¿o, por el contrario, crees que puede transmitir algún mensaje negativo?

Toda la información que se pueda divulgar tiene dos filos. Siempre habrá algún
detractor o hater que intente tirar por tierra o discutir el trabajo de los demás, pero
hablar de la realidad de las mujeres en la industria puede ser inspirador para que
nuevas generaciones se motiven a indagar más. Quién sabe, ¡quizás encuentren en la
sección a la referente que les hacía falta!

Para ir finalizando, ¿Te gustaría dejar algún mensaje a los lectores de Rock Culture?

¡Solo dar las gracias por la visibilidad y esperar que la comunidad siga creciendo!