El pasado miércoles 8 de noviembre, Reptile hizo temblar los cimientos de la sala Moby Dick con la presentación de su segundo álbum, Animales Salvajes. Frente a un público entregado desde la primera nota, la banda demostró su poderío y autenticidad en un espectáculo que quedará grabado en la memoria de todos los presentes.

Cuando los artistas se adentran en el escenario, experimentan una transformación interna que los impulsa a trascender y dar lo mejor de sí mismos. Desde la preparación hasta el momento de la actuación, cada etapa es crucial en este proceso. Tuve el privilegio de presenciarlo en primera persona: la prueba de sonido, el paseo al bar para cenar, el regreso al camerino, la tensa espera y, finalmente, el inicio del show. Cada instante quedó grabado en mi mente, mientras caminaba junto a la banda me mantenía en silencio, absorbiendo cada palabra, me sentí afortunado y deseaba recordarlo todo. Lo que presencié fue la transformación de cuatro amigos de toda la vida en auténticos músicos, fusionando sus individualidades para crear una banda de rock.

En primer lugar, los artistas deben enfrentar y superar sus propios miedos, nervios y dudas, sin importar cuántas veces lo hayan hecho antes. La idea de actuar frente a una multitud puede resultar abrumadora, pero los artistas aprenden a controlar sus emociones y canalizar esa energía en su actuación. El proceso de ensayo y preparación también les permite familiarizarse con su personaje y desarrollar una conexión emocional con él. En el caso de Reptile, con décadas de experiencia en su haber, la línea entre el personaje y su autenticidad se difumina. A través de años de vivencias, batallas, alegrías y tristezas, logran construir una narrativa interna coherente que les permite dar vida a su personaje en el escenario. El resultado es una banda madura y auténtica, que destila sabiduría y confianza en cada nota.

Pero todo este proceso debe ser llevado al escenario, donde el objetivo es llegar a la gente. En esta ocasión, no hubo telonero para caldear el ambiente. La clave para conectar con la audiencia radica en la capacidad de transmitir emociones genuinas. Esto es algo que no se puede fingir, obliga a sentir cada nota, a creer en lo que se hace y llevarlo como parte de uno mismo, automático como el respirar. Los artistas deben confiar en su entrenamiento y en su capacidad para conectarse con el público a través de la emoción. Para lograrlo, Reptile utilizó todos los recursos a su disposición. Arrancaron con una grabación que repasaba los grandes éxitos del rock y el metal, solo unos segundos de cada tema, pero suficientes para que el público reconociera las canciones y se sumergiera en el concierto, los teloneros fueron las mejores bandas. Las luces se atenuaron, insinuando el inicio del espectáculo. Primero entró Javi, tomando su lugar en la batería, seguido por Alberto, que se colocó su guitarra. Un saludo fugaz y Sergio, de espaldas al público, comenzó a prepararse. Por último, Dani subió al escenario y las luces se encendieron. Los primeros rasgueos del primer tema resonaron en el aire, creando el ambiente perfecto.

Ya no había tiempo para nada más. La transformación que experimentan los artistas al subir al escenario implica una liberación de inhibiciones, miedos y dudas. Solo en ese momento se sienten libres para ser quienes deseen ser, sin juicios ni restricciones. Una energía avasalladora que envuelve a quien la libera y atrapa a quien la recibe. Religión y ley abrió el concierto, y cada uno de los presentes se sumergió en la música, conectando con los cuatro músicos. El tema es una oda al rock, uno de los más enérgicos del nuevo disco. El objetivo estaba cumplido, la sala era suya, y cada estrofa era coreada con una sola voz.

El concierto recorrió todos los temas de su discografía. Subir a respirar fue seguido por Tus fantasmas, ambos pertenecientes a su primer álbum, Ruido orgánico. Sin apenas pausa, nos deleitaron con Adicto corazón y Enloquecer. Los cuatro músicos intercambiaban sonrisas y gestos de hermandad, disfrutando cada momento. Grupos entre el público cantaban a coro y levantaban los brazos, sumándose a la experiencia. Con la primera pausa, Dani agradeció la cálida acogida del público que llenaba el Moby, dando paso a Adriana, una canción muy celebrada. Luego vinieron California x4 y Cartón piedra, que sirvieron como pausa antes de estallar con el temazo Disfraz, recibido con euforia por el público que se apretujaba contra el escenario. Y así llegamos a Mas, con la audiencia en un estado de éxtasis colectivo.

En un momento especial del concierto, Dani nos explicó lo importante que es para él América Latina (LATAM), mientras Javi arrancaba con la versión de De música ligera. Se notó que es un tema que tienen muy trabajado, desde la base rítmica hasta los riffs de guitarra. Fue un verdadero deleite ver a la banda disfrutar versionando a los legendarios Soda Stereo de Argentina. Sin darnos cuenta, nos acercábamos al final del espectáculo. La banda decidió cerrar con Muerde!, pero no sin antes agradecer a Danny, cantante de Whisky Caravan, por su colaboración en el tema. Las luces se encendieron y la banda abandonó el escenario. Sin embargo, la ovación no se hizo esperar y los presentes exigieron más canciones a gritos. El «teatrillo» duró poco, no engañaron a nadie, y con el comentario «no ha colado…», los músicos se prepararon para presentar Hoy, quizás el tema más íntimo que la banda dedica a sus hijos y, en especial, a Sergio, que pronto será padre por primera vez. Hoy merece ser escuchado una y otra vez, tanto por sus letras como por la construcción musical que apunta a convertirse en un clásico del grupo.

Para cerrar, esta vez de verdad, la banda pidió ayuda al público, que se volcó en Bumerán cantando a pleno pulmón. Y así llegó el momento culminante con El favorito, un tema mítico que se convirtió en el broche final de la noche. Estos artistas son capaces de leer y responder a las reacciones del público, adaptándose en el momento y creando una conexión única entre Reptile y su audiencia. Fue una experiencia compartida profundamente emocional y significativa para todos los presentes, esperemos que surjan muchas más oportunidades para disfrutar de su música en directo.