Eximperitus es la abreviatura de Eximperituserqethhzebibšiptugakkathšulweliarzaxułum, palabra de pronunciación imposible creada con partes de latín, egipcio antiguo, sumerio y arcadio. Las 51 letras que la componen forman, se supone, un hechizo mágico que revela el “indecible nombre del anti-universo”. Ok, bien, por qué no. Sigamos.
Šahrartu (devastación en sumerio) es el segundo disco de Eximperitus. Cómo no, es un álbum conceptual. En sus propias palabras:
Tragedia antigua en seis actos, cada uno de los cuales es un capítulo dedicado a una determinada etapa en la existencia del ser. Šahrartu es la otra cara de “Proyectando la emisión singular…” lo cual es atestiguado por la portada del álbum. Por lo tanto, la base conceptual del álbum es una representación de un análisis secundario de la fenomenología de la existencia, así como un gradual ciclo de Nacimiento – Muerte.
En caso de que aborrezcas los álbumes conceptuales y las bandas con presentaciones marcianas, entiendo que de entrada todo esto pueda darte bastante pereza. Es lo que me pasó a mí cuando tuve conocimiento de la pedrada de estas buenas gentes. Sin embargo Šahrartu venía recomendado por la gran Kim Kelly, por lo que decidí olvidar mis prejuicios y dejarme llevar por la propuesta de Eximperitus. Hice bien.
Si te gusta el brutal death y no le haces ascos a la música con tintes progresivos, esto es para ti. La fascinación por lo oculto de esta banda procedente de Minsk (Bielorrúsia) no solo se refleja en la parafernalia que rodea a su presentación, si no también en su música. Basando su inspiración en antiguos imaginarios del este y el medio-oriente, el sonido de Eximperitus está compuesto por escalas y melodías que recuerdan al sonido de los primeros Nile o incluso a Immolation en cierta tendencia a las disonancias y a los arreglados intrincados. Por otro lado, dinámicas y ataques de blast beats nos retrotraen al estilo de brutal death que se solía practicar a finales de los 90, antes de que la velocidad se lo llevara todo por delante. Eximperitus recupera el gusto por las narrativas más o menos complejas y con ello consiguen un álbum que intriga y sorprende por igual.
En cuanto a brutalidad, este disco lo tiene todo: voces de ultratumba, cambios de ritmo explosivos, velocidad a raudales y contundentes breakdowns acompañados de chugging riffs. Pero también trémolos de guitarra tristes y melódicos, solos y harmonías envueltos en ecos y sonidos reverberantes. La base es un death muy técnico y feroz pero el sonido se expande hacia el doom y las progresiones atmosféricas.
Šahrartu es ante todo un viaje. Introducción y epílogo envuelven cuatro temas que nos transportan a diferentes escenarios y estados de ánimo. Momentos de violenta rapidez se entremezclan con raros y bellos pasajes en un tejido elaborado con cierta maestría, demostrando lo habilidosos que son Eximperitus conjugando dinámicas y texturas. No hay mejor prueba de ello que Anhûtu y Inqirad, dos épicas epopeyas que, a pesar de sus respectivos ocho y diez minutos, se pasan volando y te dejan con ganas de más.
El orgánico contraste entre la brutalidad y la majestuosidad de los diversos pasajes de Šahrartu sitúan a Eximperitus en la vanguardia del brutal death actual. Sin tener nada que ver con la propuesta de Blood Incantation, ambas están relacionadas por la prominencia técnica, la teatralidad compositiva y un carácter alucinado y alucinante. Oldschool brutal death con una buena vuelta de tuerca. I’m in!
Post scriptum: Si el logo de Eximperitus te recuerda a algo y no sabés qué, tengo la respuesta.