Therion
es al metal sinfónico como el arroz a la paella, no cabe duda que, ellos son una de las piezas fundamentales del género y este nuevo disco viene a consagrar su posición.
Los suecos están de vuelta con la segunda parte de Leviathan publicado el pasado año y el resultado es un disco de 11 cortes y 1 versión alternativa con algo mas de 50 minutos de puro metal.
Abre el disco Aeon of Maat una potente base de guitarras y bajo que acompañan perfectamente a las sinfónicas voces, y donde el sonido guitarrero se impone a la habitual orquestación dando como resultado un tema corto que da buen sabor de boca.
Litany of the Fallen tiene ese punto de equilibrio entre los arreglos sinfónicos y un riff más de heavy de la vieja escuela, donde la presencia de órgano eléctrico destaca sutilmente dando un resultado interesante.
Más oscura aparece Alchemy of the Soul, tema que evoluciona en tiempos y donde la presencia de las voces femeninas ganan presencia ante una base llena de matices con ligeros momentos de saturación de arreglos y un final un tanto predecible.
Con un sutil pizzicato entra en escena Lunar Coloured Fields, el tema más largo del disco, muy operístico, sin duda alguna uno de mis favoritos del disco.
Mucho más heavy y acelerado cuál galope del apocalipsis es Lucifuge Rofocale, donde aparecen las primeras guturales, en donde las guitarras mandan sobre el resto de instrumentaciones, destacando el origen de la banda.
Marijin Min Nar tiene un aroma distinto, con una intro muy romántica y cargada que nos conduce hacia una canción rica en matices y aires orientales, contundente y rápido, con tintes progresivos, todo un catálogo de lo que puede ser Therion.
Con una temática mitológica y aroma más clásico, que remite a los tiempos de Lemuria o Sirius B, aparece Hades and Elysium, una canción equilibrada en cuanto a voces, instrumentaciones más suaves y llevaderas.
Nada que ver con la intro de heavy clásica Midnight Star un tema cuya variedad de tiempos, de arreglos, voces hacen que sea de los más complejos y ricos del repertorio, generando contraste a cada instante que pasa.
Nuevamente la contundencia toma el testigo en Cavern Cold as Ice, un tema de estos que te hacen menear la cabeza sin cesar y donde las voces femeninas menos operísticas priorizan sobre las sopranos, en una canción que recuerda más a una versión dura de Blackmore´s Night.
Codex Gigas apuesta por una base más oscura, casi rozando el doom, un tema más eléctrico que sinfónico, donde toda la orquestación aparece relegada a segundo plano.
Para acabar Leviathan II, Therion han apostado por Pazuzu, un tema muy guitarrero con arreglos sinfónicos que quedan casi como algo anecdótico en el progreso del tema.
Como bonus tracks, la banda incluye una versión distinta de AOR de Pazuzu, que termina de consolidar el tema en el sonido eléctrico del que parece fue su origen.
En general este disco es un buen trabajo, supone una evolución en el sonido de la banda y puede ser que genere controversia entre los seguidores de Therion, solo el tiempo nos dirá cuál es destino de este Leviathan II.