Reseña de Tribulation – Sub Rosa In Æternum.
El 1 de noviembre, Tribulation, publicaba su sexto álbum de estudio hasta la fecha, al que han dado por nombre Sub Rosa In Æternum.
Un álbum que supone un giro completo de tuerca y un antes y un después en la carrera de la formación, que en esta ocasión, sin temor a arriesgar y a avanzar en su evolución, han apostado por una atmósfera mucho más gótica y melódica en cuanto a su sonido. Prueba de esto son las voces limpias que se han atrevido a incorporar por primera vez en su carrera, sin dejar de lado sus guturales y sin perder esa esencia cinematográfica y ocultista que siempre han llevado por bandera.
Cierto es que muy lejos quedan ya los sonidos Death Metal Old school de aquel The Horror de 2009, cuando la formación estaba ensimismada en los derroteros más extremos del género.
El germen de la experimentación.
Lo que sería el comienzo de la innovación y de su posterior desligamiento con el Death Metal más purista vino con su The Formulas of Death de 2013, que aún inmerso en la parte más oscura del Death Metal, ya coqueteaba con la experimentación, agregando otros sonidos e instrumentos, y en donde ya se podía entrever ese regusto setentero que acabaría siendo seña inequívoca de su identidad.
The Children Of The Night (2015), y aquel oscurísimo Strange Gateways Beckon, sería el culmen de una etapa donde la prioridad era el desarrollo sonoro sin límites y la fusión de estilos, creando un nueva y diferente propuesta que amasaba melodías y baterías retro fermentadas en una base Death Metal, que aún hacía de masa madre para el desarrollo de su sonido, aunque con melodías muy marcadas y destacables que se desvinculaban de cualquier género, generando un estilo prácticamente inclasificable.
Dicho zénit, no haría sino redefinirse y reafirmarse en Down Below (álbum de 2018), donde ya ondeaban sin miedo la bandera del que parecía ser su seña definitiva: Melodías claramente definidas y pegadizas con una voz y un regusto de lejanos ecos Death.
La oscuridad adquiría protagonismo irrevocable en Where The Gloom Becomes Sound de 2021, restando importancia a la definición del género musical en cuestión.
Cambio de dirección sonora.
Y cuando creíamos que ya estaba todo hecho, dan un paso más allá con este Sub Rosa In Æternum, en el que de nuevo parecen dar prioridad a la oscuridad más sombría, más que a enmarcarse en uno u otro género. Serán muchos los detractores ante este cambio y este nuevo sonido que nos presenta la banda, que probablemente echen de menos aquellos momentos más extremos de los suecos, pero lo que no se puede negar, es la calidad compositiva que aún sigue acompañándoles en su lóbrego camino sonoro.
En esta ocasión, con la inclusión de las voces limpias por parte de Johannes Andersson, nos recordarían más a unos Fields of the Nephilim, que a cualquier banda de Death Metal sueco que nos podamos imaginar. Pero siempre en pro de reforzar ese sonido oscuro, sin importar en qué genero ha de encajar, nos ofrecen esta vez una mayor versatilidad y flexibilidad sonora, sin miedo a experimentaciones ni a dar fuerza a las melodías siempre con el objetivo de profundizar en esa negrura esotérica en la que parecen sentirse como pez en el agua.
El álbum comienza con la amenazante intro, a la que han llamado The Unrelenting Choir, para dar paso a Tainted Skies que nos trae de nuevo a la memoria ese Down Below de 2018.
Saturn Coming Down quizá nos recuerde más a su álbum Where the Gloom Becomes Sound, aunque siguiendo en la línea del corte anterior. Continúan reafirmando aquí su pasión por las bandas sonoras del cine de terror antiguo, generando una atmósfera perturbadora entre los guturales y las voces limpias, con una melodía y estribillo que rápidamente se nos quedarán tatuados en la mente.
Una grata sorpresa es Hungry Waters, una canción particularmente lenta y con un estilo completamente distinto a lo que normalmente nos tienen acostumbrados. A esto me refiero cuando digo que no han tenido miedo en dar un paso más en la experimentación y en desvincularse de cualquier género, añadiendo incluso un extraño regusto a balada, con reseñables solos de guitarra incluídos, todo ello, insisto, sin dejar de teñir de negror y misterio su sonido.
El punto más frenético nos lo da Drink the Love of God, que nos hará saltar del asiento a la vez que nos envuelve en esa negra estela que parece estar presente en todo el álbum, dando coherencia al trabajo. Los coros de fondo, el nuevo registro de voz de Johannes y el sonido característico de guitarras que esta banda destila, hacen que el tema nos parezca fresco y a la vez imperecedero.
Una oscuridad en constante evolución.
Otra gran sorpresa será Murder in Red, en la que de nuevo nos sorprenden con un cambio total en su hacer. Aunque su mítica aura, siempre presente en las guitarras, regresa para recordarnos que siguen siendo la misma banda, este tema hace patente esa ansia de evolucionar y de no querer permanecer en el mismo lugar. Una oscuridad en constante evolución. De nuevo hacen patente aquí su gusto y admiración por el cine de terror más clásico. No olvidemos que son grandes admiradores de directores como Dario Argento. (Profondo Rosso, Tenebrae o Suspiria)
Time & the Vivid Ore es la prueba de que siguen siendo fieles en sus letras a temas esotéricos y oscuros. La preciosa Reaping Song podría considerarse como la balada oficial del álbum. Un corte que de nuevo nos sorprende por lo diferente que es si lo comparamos con sus anteriores trabajos. Su letra hace referencia a la añoranza de fantasmas y recuerdos pasados.
Cierran con Poison Pages, que definitivamente nos deja con la certeza de que el cambio en su sonido parece definitivo. Este tema parece embeberse de estilos como el darkwave o el gothic rock sin importar, como he dicho, si se desvincula o no de tal o cual género.
Podríamos decir que en esta ocasión su obsesión por indagar en esa indómita penumbra sonora de la que se compone su cosmos musical, les ha llevado a experimentar por derroteros más góticos y menos extremos pero igual de perversos y macabros. Siempre fieles al arte de recrear el sonido de la oscuridad.