Route Resurrection: Toundra encandila a Santiago de Compostela

El pasado sábado 19 de enero acudimos una vez más a una Gira Route Resurrection con parada en Santiago de Compostela. La última ocasión había sido con Black Label Society, sin embargo, esta vez tocaba algo totalmente distinto ya que los protagonistas eran Toundra.

toundra

Toundra son una banda madrileña de post-rock instrumental que llevan más de diez años haciendo música, y hoy en día cuentan con cinco álbumes de estudio. El último de ellos es Vortex (2018), el cual presentaban esta noche ante un público gallego que hizo colgar el cartel de ‘Sold-Out’ unos días antes del evento.

Los elegidos para acompañarles y abrir la noche fueron El Altar Del Holocausto, que también hacen música instrumental pero más hacia el post-metal. Salieron puntuales al escenario para comenzar un show donde no dejaron a nadie indiferente, ya fuese por curiosidad o asombro. Su puesta en escena llama mucho la atención: crucifijos y todo tipo de elementos en alusión al cristianismo, adornaban el escenario y la batería, mientras que los tres músicos iban vestidos de nazarenos. Todo un acierto que fuesen ellos quienes tocasen junto a Toundra, ya que el hecho de que sean bandas instrumentales hace que la experiencia sea completamente diferente a cualquier otro concierto de metal o rock.

El Altar del Holocausto

El Altar del Holocausto

El público en todo momento presta atención a la banda, cuyo sonido fue impecable, donde cada instrumento contribuía a construir una atmósfera oscura, incluso siniestra, cargada de música por momentos más melódica que también daba paso a riffs más pesados. El batería, colocado en el centro del escenario, fue quien más captó la atención. No solamente porque de por sí es raro poder observar a un batería en el centro del escenario sin nadie delante, sino porque entre algunas canciones y otras se levantaba y hacía de aquello casi una performance, mientras el público estaba totalmente en silencio, asombrados pero disfrutando del momento. Tras aproximadamente 40 minutos de show, se despidieron de una Sala Capitol donde ya no cabía ni un alma.

El Altar del Holocausto

El Altar del holocausto

Poco rato después, salieron a escenario Toundra empezando el concierto con Cobra, que fueron recibidos con mucho calor por el público ya que cada vez cuentan con más seguidores de su música. Especialmente en estas tierras, siendo una banda que ha participado en el Resurrection Fest de Viveiro (Lugo). Toundra son una banda que te atrapa, te encandila, y muy recomendables para escuchar en bucle. Si en estudio suenan tremendamente bien, en directo podemos asegurar que también. La magia de la música instrumental en directo es que hace conectar a los músicos con el público sin mediar palabra, ni siquiera entre canción y canción apenas, ya que interpretaron su setlist fluidamente, el cual recogía tanto temas de su último trabajo como algunos de los más conocidos de su discografía anterior.

toundra

Toundra

Confieso que durante los tres primeros temas estuve un poco más atenta a que salieran las fotos que a la música, ya que apenas había algunas luces detrás de ellos, y en general el ambiente que recrearon era un poco a oscuro. Pero eso a su vez hizo que me fijase en las expresiones de Esteban, Alberto, Macón y Álex mientras tocaban, las cuales revelaban verdadera pasión y cariño por lo que estaban haciendo encima de ese escenario. De vez en cuando echaba la mirada hacia el público, cuya expresión también decía que estaban disfrutando al máximo de esta experiencia. Envuelto en magia, lleno de energía y melodía, el ambiente de este concierto hizo brillar al público de la Capitol como pocas veces había visto antes.

Toundra

Tras rematar los tres temas reglamentarios en el foso, decidí subir al palco para disfrutar toundradel resto del concierto con otra perspectiva y también en un ambiente algo más tranquilo, ya que abajo había mucha gente. Desde allí arriba, ver a Toundra fue todavía más espectacular. Justo después de “Magreb” fue turno de la que, en mi opinión personal, es una de las mejores canciones del grupo y la más bonita: “Kingston Falls”. Pura emoción y sorpresa por descubrir cómo de intenso podía ser ver a una banda instrumental de tal calidad. Variando la intensidad, intercalando melodías y siempre dando toda su energía, Toundra dieron un concierto de una hora y veinte minutos aproximadamente, que terminaron con “Cruce Oeste” mientras el público abandonaba la sala con gran satisfacción y seguro que ganas de repetir pronto.