Los australianos acompañados por Spite, Whitechapel y Fit For An Autopsy fueron los encargados de ofrecer a todos los asistentes a la sala Razmatazz 1 una cita con el metal más extremo

Tras una serie de polémicas vividas en el seno de Thy Art Is Murder, un sold out anunciado desde hacía días, y un cambio de sala de la Razzmataz 2 a la 1, el pasado martes 17 la ciudad Condal acogió una de las giras de deathcore más potentes del año.

Comenzando la jornada desde temprano, las puertas de la sala Razzmataz 1 se abrieron a las 17.30 para acoger a todo un público impaciente, sobre todo, por valorar la entrada de Tyler Miller como nuevo vocalista de la icónica banda de deathcore Thy Art Is Murder.

A las 18.00 ya estaban sobre la tarima los americanos Spite, quienes aunque para muchos fuesen conocidos simplemente por el nombre, supusieron un gran impacto de energía, ganas y fuerza para comenzar con la velada. Pese a que cada integrante de la formación se esforzó al máximo y sin reducir un ápice su entusiasmo, el sonido no acompañó, cosa la cual no mejoraría a lo largo de la noche.

Foto: KBAEZORTIZ

Darius, frontman de los americanos, no paró de dar a los asistentes toda una lección de energía incesante, moviéndose de un lado al otro del escenario sin parar quieto entre tema y tema siquiera. Sin embargo, de todas las bandas que conforman esta gira, Spite quizá fue la que mejor supo escoger las canciones del setlist, seleccionando entre otras Thank You, Again, IED, Caved In o Kill Or Be Killed.

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Tras un breve inciso, llegó el momento de Fit For An Autopsy, cuya última actuación en Barcelona se dio en febrero de 2020, igualmente tratándose de un Route Resurrection y siendo uno de los últimos conciertos que darían antes de la llegada de la pandemia. Con una sala algo más llena tras la llegada de los naturales de Nueva Jersey, el público por fin tendría la oportunidad de disfrutar en directo el último redondo de la formación: Oh What The Future Holds

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El sonido continuó siendo un problema, ya que al igual que con Spite, se trataba de un sonido “embotellado”, generando una atmósfera donde no se conseguía distinguir bien cada instrumento. Pese a todo, el público se esforzó por demostrar a la banda que el entusiasmo por disfrutar del show era mismo, a lo que la banda capitaneada por Joe Badolato respondió con la profesionalidad que los caracteriza así como con la agresividad que demostraron interpretando temas como The Sea Of The Tragic Beasts, A Higher Level Of Hate, Pandora o Black Mammoth.

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Una de las bandas más ansiadas de este pack fue sin duda Whitechapel con su nuevo disco Kin. Phil Bozeman rodeado del resto de la formación se encargaron de aportar otra atmósfera, tras la tempestad llega la calma suele decirse, pero los coros melódicos de Bozeman en temas como I Will Found You, con el que se encargaron de comenzar la actuación, llenaron de cierta tristeza y melancolía el ambiente. Durante la actuación de los estadounidenses el sonido comenzó a mejorar levemente, pero seguía sin ser del todo preciso ya que canciones como We Are One o el clásico The Saw Is The Law se hicieron bola.

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Fue prácticamente imposible distinguir los diferentes rangos tonales de Bozeman o los riffs de Alex Wade o Zach Householder (ambos guitarristas de la banda). Si bien es cierto que la actuación fue brillante tanto en técnica así como en el espectáculo de luces, otro punto en el que Whitechapel podría haber reparado más certeramente fue el setlist. Se echaron en falta temas donde la voz melódica de Bozeman pudiese crear mayor contraste, como When A Demon Defiles a Witch o incluso Orphan que es enteramente melódico.

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Con mucha expectación tras la salida de CJ MCMahon, más tarde daba inicio el bolo de los australianos Thy Art Is Murder. Un emocionado Tyler Miller (sustituto de McMahon) pisaba fuerte sobre la tarima de la Razzmataz, recibiendo a cambio una cálida acogida por parte del público allí reunido.

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Comenzando el show de manera titánica con Destroyer Of Dreams, Miller dejó muy claro que mantiene el nivel suficiente para ocupar la figura de frontman de la formación australiana, dejando a un margen la simpatía o preferencia personal de cada uno entre él o McMahon. Miller no solo fue capaz de mostrar sus habilidades en temas como Blood Throne o Godlike, pertenecientes al nuevo redondo homónimo a este último tema.

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Por si alguien cree que estuvo jugando en modo fácil, no reparó en absoluto en echar abajo la sala Razzmatazz interpretando con maestría temas clásicos como Slaves Beyond Death, Holy War o The Purest Strain Of Hate, en los cuales pudo terminar de ganarse al público; cerrando con Everything Unwanted como broche final a esta cita con la música más extrema en Barcelona.

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