En 2021 iniciamos una sección de efemérides de discos de 1991 como nuestra manera personal de rendirles homenaje y celebrar el 30 aniversario de esas obras musicales. Lo hicimos compartiendo con nuestros lectores y lectoras la huella que han dejado en nuestro equipo de redacción, y ya de paso, recordando tiempos en los que la música que nos mueve a formar parte de esto ocupaba el lugar que se merece. En 2022 hemos dado un paso más y nos hemos lanzado a celebrar diversas «añadas» de discos que representan algo muy especial para la familia Rock Culture y, a buen seguro, para muchos de vosotros y vosotras. Y además lo haremos con invitados especiales, músicos nacionales que se unirán a nuestras «reseñérides» y nos acompañarán en este viaje al pasado para volver a sentir esas sensaciones, a veces olvidadas, que tuvimos al descubrir esas obras singulares. ¿Nos acompañas? Hoy viajamos al pasado con Darkthrone.
Hoy se cumplen 30 años del lanzamiento de A Blaze in the Northern Sky (Peaceville Records), segundo álbum de estudio de la legendaria banda de black metal Darkthrone. A pesar de no ser el primer álbum de Darkthrone (honor reservado a Soulside Journey), sí es su primer disco de black metal. La banda comenzó su aventura siendo una banda de death metal, pero no tardaron en arrastrarse al incipiente género que arrasaría Noruega durante los primeros años de la década de los noventa. No obstante, este álbum aún conserva alguno de esos elementos death de su primer disco. Cabe destacar, también, que por esta época la banda aún funcionaba como trío, con Zephyrous como bajista. Under a Funeral Moon, su siguiente disco, sería el último de Darkthrone como trío, manteniendo ya hasta hoy el legendario binomio Fenriz-Nocturno Culto.
¿Cuál es el primer recuerdo que te viene a la mente al pensar en este disco y cuándo lo escuchaste por primera vez?
Borja Quiles: Frío. Es un disco muy inmersivo, que te mete en su mundo, y que transmite esa sensación tan propia del black metal: el frío nórdico. Los riffs, con esas guitarras tan afiladas, son una auténtica maravilla que siempre me ha fascinado.
Carina RS: Lo primero que me viene a la mente es cuando empecé a investigar más en profundidad el género Black Metal y comencé a escuchar varias bandas noruegas surgidas durante los 90. Recuerdo que, al principio, he de reconocer, no fue un género que me atrajera demasiado. Únicamente había algunos grupos que me llamaban la atención de ese género, pero su estilo más bien tenía que ver con el Black sinfónico que con la crudeza del “True Norwegian Black Metal” de los 90. Cuando empecé a introducirme aún más en este tipo de bandas recuerdo que me sorprendió la fuerza que destilaban y a su vez la melancolía de un frío norte que inundaba todo. Una melancolía que más tenía que ver con la rabia, el desencanto y el rechazo a la vida que con la autocompasión y el sentimiento de lástima por uno mismo. Más bien se trataba de una tristeza podrida, que desde dentro, escupía odio y rabia por doquier. Me pareció muy interesante esta forma de canalizar la agresividad y el desprecio humanos, aderezado con buenas dosis de ocultismo y horror.
Julio Gómez: Pues creo que el momento exacto en que lo estaba escuchando y algo hizo click en mi cabeza. De repente, no sé cómo, conseguí entender aquel estilo de música del que tanto me había reído en el pasado. Simplemente, estaba escuchando – por vigésima vez seguramente – susodicho álbum y podía descifrar el código. Acto seguido, me arrepentí por no haberles dado unas cuantas oportunidades más en su momento. Una cura de humildad de lo más feliz porque se abría ante mí un nuevo mundo, nueva música en la que escarbar. Recuerdo que yo y mis amigos (todos muy brutal death y mucho brutal death) solíamos hacer mofa a costa de los blackers en general. Que quede entre nosotros, pero la primera vez que escuché a Darkthrone me parecieron un chiste.
Tony Lastres: Recuerdo que sería con unos 14 o 15 años, momento en el que empecé a escuchar algo de black metal. Aunque mis primeros intentos con esta música no fueron demasiado positivos, sí me dejaron marcado para siempre. A Blaze in the Northern Sky no fue el primer álbum de Darkthrone que escuché, pero me dejó muy impresionado. En ese momento no lo sabía, pero esa mezcla de death y black metal que aún realizaba la banda terminaría siendo uno de mis sonidos favoritos de siempre. Era crudo, sucio, malvado y muy oscuro. No se parecía a nada que hubiese escuchado antes. No tardaría en dejar aparcada esta música y tardaría mucho en volver, pero esa vuelta fue definitiva e irremediable.
¿Habías escuchado a la banda antes? ¿Cómo los descubriste?
Borja Quiles: Mi primer disco fue el Panzerfaust, otra de las obras maestras de Darkthrone. Entre la escucha de este disco y el resto tardé un tiempo. El black metal es un género «difícil», que de entrada causa algo de rechazo, como fue mi caso. Después de conocer mejor el género y sus grandes exponentes (Mayhem, Burzum, Immortal y Emperor sobre todo), ya pude acercarme a la obra de Fenriz y Nocturno Culto y dejarme impresionar.
Carina RS: Pues creo que lo primero escuché de ellos fue el Transilvanian Hunger. El A Blaze in The Northern Sky lo descubriría después. Los conocí gracias a esa búsqueda que comentaba en mi respuesta anterior. Quería saber a toda costa qué era aquello del “True Norwegian Black Metal” y por ello me puse manos a la obra con la búsqueda de las bandas más representativas que conformaron aquel movimiento infernal en la Noruega de los 90. Y así fue como fui a dar con Darkthrone y por supuesto con éste álbum.
Julio Gómez: Los descubrí allá por el 93, en una revista llamada Metali-K.O.. En aquella época el death y el black eran música underground y por estos lares solo podías enterarte de lo más extremo a través de fanzines o a través de dicha revista, que inicialmente se vendía en quioscos y más tarde en tiendas de discos. Gracias a Metali-K.O. me enteré casi en directo de lo que estaba pasando en Noruega, con los incendios, asesinatos y demás. Así de primeras todo aquello me parecía de malotes y de notas. De aquel género, que en el underground se estaba convirtiendo en una nueva moda, solo conseguí conectar con la música de Mayhem (estaba muy bien producida y tenía cierto flow thrasher) o la de Immortal (llegaron a ser más brutales que Suffocation). Mi amor por Darkthrone tardaría un montón de años en llegar.
Tony Lastres: Recuerdo, con unos catorce o quince años, que me decidí a descubrir música más extrema. Venía escuchando mucho thrash metal desde hacía un tiempo, y el cuerpo ya me pedía algo más. Empecé entonces con el death y el black metal, aunque mi primer encuentro no fue positivo, no entendía lo que estaba escuchando. Entonces, recuerdo toparme con el documental «Satan Rides the Media» (1998), que narraba los conocidos acontecimientos de principios de los años noventa en Noruega. Ahí aparecían varias bandas como Burzum, Mayhem o Darkthrone, música incluida. Era música extraña y oscura, no la entendía, pero por algún motivo quería seguir escuchándola. Escuchar Transilvanian Hunger fue un antes y un después.
¿Qué te aportó o qué te inspiró el disco?
Borja Quiles: Fue una página más en mi álbum de obras maestras del metal extremo. Como he dicho antes me transmite frío, bastante más que otros discos del movimiento. Y, a diferencia de otras obras como las de Burzum o Ulver, nunca me ha transmitido esa sensación de «calma tensa», ese toque etéreo y ambiental que tienen algunas grabaciones de black metal. A Blaze In The Nortern Sky es crudeza y rabia.
Carina RS: Creo que tanto éste álbum como el mencionado Transilvanian Hunger, y el Under a Funeral Moon, me acercaron a esa crudeza de Black Metal noventero que al principio, como he mencionado, no era demasiado de mi agrado. Siempre he sido muy contraria a los sonidos toscos y sin pulir en los discos de estudio. Para mí un disco tenía que sonar bien y tener una muy buena producción. Pero fue en este caso, cuando me “enfrenté” a esos sonidos crudos y “sin maquillar” y he decir que me sorprendí a mí misma, disfrutando de ellos. Gracias a discos como el que nos atañe, pude abrir mi mente hacia sonidos más podridos y cavernosos.
Julio Gómez: Para mí, A Blaze in the Northern Sky es un eslabón fundamental que lleva a lo mejor de Darkthrone. Gracias a este disco tuve las herramientas para abordar Under a Funeral Moon y Transilvanian Hunger, sus dos siguientes álbumes, dos piezas mucho más herméticas. Sin A Blaze in the Northern Sky no hubiese podido apreciar el descarnado minimalismo que vendría después.
Tony Lastres: Al igual que para cualquier seguidor del black metal, Darkthrone y sus primeros álbumes, entre los que se encuentran el que nos ocupa, fue un punto de partida. Junto a ellos todas las bandas importantes de la segunda ola, como Mayhem, Burzum o Immortal. Su música me llevó a adentrarme muy a poco en esta música tan única y apasionante sin la que hoy no podría entenderme a mí mismo.
¿Crees que es el mejor disco de su carrera? Si no, ¿Cuál?
Borja Quiles: No. Pese a ser buenísimo, aquí pesa más el componente subjetivo, que me lleva hacia el Panzerfaust y el Transilvanian Hunger.
Carina RS: Es muy complicado decantarse por un sólo disco con una discografía tan dilatada como la de Darkthrone. Además han hecho discos muy variados con estilos muy variopintos con lo que es muy complicado decidirse por uno u otro. Ésta banda siempre se ha caracterizado porque siempre han hecho lo que les ha dado la gana, cosa que para mí, es digna de admiración. Quizá al disco que más cariño le tengo es al Transilvanian Hunger y al Panzerfaust.
Julio Gómez: Como decía antes, es un disco fundamental pero tampoco creo que sea el mejor. Desde mi – nada objetivo – punto de vista, Transilvanian Hunger es su obra maestra. Muy seguido, iría después Under a Funeral Moon, que tiene unas atmósferas de lo más turbias y también una de las mejores canciones de Darkthrone, Inn i de dype skogers favn. Y tengo que decirlo: amo muy fuerte Hate Them.
Tony Lastres: Hablar del mejor disco de Darkthrone es complicado por la cantidad de álbumes que tienen (20) y lo diferentes que suelen ser entre sí. Esta es otra de las virtudes de los noruegos. Es muy difícil que no te guste algún álbum o etapa de Darkthrone. ¿Quieres black metal? Perfecto. ¿Quieres death metal? Genial. ¿Quieres punk? También tienen punk. En el caso de A Blaze in the Northern Sky, personalmente no creo que sea su mejor álbum, y ese mérito se lo concedo a Transilvanian Hunger por todo lo que significa para mí.
¿Cuál es tu canción favorita del disco?
Borja Quiles: Este disco siempre me ha parecido un todo compacto que o se escucha todo junto y de tirón o se pierde un algo. Es difícil extraer un solo tema, pero me quedo con el tema homónimo, quinto tema del disco, que tiene unas melodías y unos cambios de ritmo alucinantes.
Carina RS: Yo diría que me quedo con In The Shadow of the Horns con ese ritmo lento y rockero del principio que casi me recuerda un poco al Stoner Doom, aunque Paragon Belial también es estupenda para animarse y subir la motivación.
Julio Gómez: Where Cold Winds Blow. Es la canción más puramente black del disco y adelanta esas cualidades atmosféricas tan presentes en los siguientes álbums de Darkthrone y que se manifiestan a traves de riffs repetitivos, de una batería monótona y enterrada bajo la fría muralla de sonido.
Tony Lastres: Difícil, aunque creo que me quedo con Kathaarian Life Code. En primer lugar por esa inquietante intro, en la se puede escuchar a una maligna voz decir «a blaze in the northern sky» que acto seguido da paso a un blast beat que hace que todo explote por los aires. La voz de Nocturno Culto es horrorosamente cautivadora, te atrapa sin remedio. Las guitarras son muy crudas, así como la batería. El sonido es decadente y crudo, muy primario, llenando de orgullo a los Quorthon y Tom G. Warrior de sus tempranos inicios. Como inicio está increíble, así que creo que me quedo con esta, aunque lo que venga luego no sea ninguna broma tampoco.
¿Qué importancia crees que tiene tanto en su contexto generacional como en la influencia que tuvo después?
Borja Quiles: Es de los 10 discos más influyentes del black metal noruego, sin duda. En su contexto generacional fue un paso más en todo el metal extremo que se estaba gestando (y que en 1992 acababa de estallar). Para las generaciones posteriores ha sido un álbum de cabecera, al que había que recurrir sí o sí para aprender de sus atmósferas, sus riffs y sus estructuras.
Carina RS: Cuando éste álbum vio la luz, se estaba fraguando lo que comúnmente se denominaría la “segunda ola del Black Metal” ;por lo que este disco, junto con álbumes venideros de Darkthrone servirían para cimentar este género y elevarlo a cotas de popularidad inimaginables para este tipo de sonidos, generando más y más bandas que se influenciaban unas a otras.
Julio Gómez: Es un álbum esencial. Darkthrone grabó este disco mientras el resto de bandas que originaron la famosa segunda ola (Burzum, Immortal, Thorns…) todavía estaban grabando sus primeras demos. A Blaze in the Northern Sky marca la dirección en la que apuntar: sonido crudo, irreverente y defectuoso. Y muchos kilos de Bathory. Ciertamente también está Mayhem, pero eso daría para un largo debate. De todas las bandas de la segunda ola, Darkthrone seguramente sean los más influyentes.
Tony Lastres: Estamos ante un álbum y una banda que siguen influenciando a miles de músicos y bandas aún a día de hoy. Sale a la luz en 1992, cuando todo lo que se creía conocer sobre metal extremo estaba a punto de explotar por los aires. Se estaba gestando la «segunda ola de black metal», y este álbum era la candidatura de Darkthrone a liderar el movimiento. Es la síntesis perfecta de cómo sonaba el black metal en 1992 y, aunque con discos posteriores la banda refinaría su propuesta, nada se puede entender sin A Blaze in the Northern Sky.
¿Hay algún disco con el que lo puedas relacionar claramente o mediante alguna anécdota?
Borja Quiles: Lo relacionaría con el resto de los trabajos de Darkthrone hasta 1995: Under a Funeral Moon (1993), Transilvanian Hunger (1994) y Panzerfaust (1995). En cada uno de ellos hay pequeñas innovaciones, nuevos sonidos, que fueron cruciales para el black metal que vendría después y, sobre todo, para la evolución de la banda. Eso y que hay que valorar la calidad de los cuatro trabajos y que fueran lanzados uno por año. Qué lustro más inspirado.
Carina RS: Lo relacionaría con el mencionado Transilvanian Hunger, su álbum posterior, con el que seguirían asentando el nombre de Darkthrone dentro de la escena Black y Metal en general.
Julio Gómez: Puede que con The Return… de Bathory o con material de Hellhammer/Celtic Frost, pero en realidad A Blaze in the Northern Sky es bastante único en su especie. Bueno, luego está ese millón de clones que intentan emular su sonido con mayor o menor fortuna.
Tony Lastres: Este álbum entra en ese mismo «saco» de discos que escuchas cuando te inicias en el black metal. Si este álbum me viene a la mente, será acompañado de otros clásicos como De Mysteriis dom Sathanas (1994), In the Nightside Eclipse (1994) o Hvis lyset tar oss (1994). Álbumes que poco a poco fueron calando dentro de mí y que ahora son indispensables en mi discografía. Sin estos álbumes no podría haber llegado a otras bandas que a día de hoy son de mis favoritas dentro del subgénero.
¿Cuál es para ti el momento o contexto ideal para escuchar este disco?
Borja Quiles: Con unos buenos cascos, de noche y solo en tu habitación. La mejor forma de «catar» el black metal.
Carina RS: Cualquier momento es un momento ideal para apreciar este álbum, ya sea dando un paseo por un gélido bosque noruego, tomando un cafelito en casa calentita o disfrutando de unos calimochos con las amigas hablando del día a día y de ese “odio hacia la vida” que mencionaba en los comentarios anteriores. Estupendo para mandarlo todo al infierno después de un duro día de trabajo infernal mientras disfrutas de un baño relajante. Digan lo que digan, considero que el Black Metal es un género con un trasfondo muy positivo, por lo menos para mí, con el que podemos canalizar todo el “odio” y sentimientos “negativos” que llevamos dentro. Es ése hueso que podemos arrojar a nuestros demonios internos para que se entretengan y no nos torturen o nos devoren.
Julio Gómez: Momentos en los que me quiero dejar llevar hacia adentro. Y lo que digo no quiero que tenga connotaciones negativas u oscuras. El black metal es un estilo que explora lo negativo pero que, a su manera, también ayuda a liberar algo dentro del oyente. Es difícil de explicar, es música introspectiva y cada cual la vive a su manera.
Tony Lastres: Siempre es buen momento para escuchar un álbum de Darkthrone, que no te engañen. De hecho, es lo primero que voy a hacer en cuanto termine de escribir esto.