Cryptodira, Between the Buried and Me y Haken en Murcia | Un viaje hacia las capas de ruido más perfeccionistas y viscerales
El pasado 10 de marzo a las 19:00 horas se abrieron las puertas de la Garaje Beat Club de Murcia para acoger a unos de los mayores referentes del metal progresivo. Haken y Between the Buried and Me, con Cryptodira como teloneros acompañantes, han girado por algunas ciudades de España en su particular Island in Limbo Tour, nombre que surge de la mezcla de dos canciones de las bandas protagonistas, Islands in the Clouds de Haken y Revolution In Limbo de BTBAM.
Desde que se confirmaron las fechas en España, y desde un punto de vista personal, Haken fue mi principal motivación para asistir a esta oportunidad única de ver cómo cocinan su música en directo. Del progresivo hemos aprendido que su público más acérrimo, por lo general, son personas que se dejan llevar por la cara más técnica, experimental y variopinta de la música. Gente de oído inquieto alejada de las tendencias y las preferencias sociales. Vamos, una green flag en toda regla para cualquier melómano.
Acudir a un concierto de música progresiva es un viaje hacia las capas de ruido más perfeccionistas y viscerales, un caos ordenado como antagonismo posible. Para cualquier banda, el escenario se convierte en un lugar en el que todo cobra vida, pero es el público, en última instancia, quien lo vive de verdad. En un concierto de progresivo siempre están pasando cosas y no todas ocurren sobre el escenario.
El ambiente previo al concierto ya estaba lo suficientemente caldeado como para notar el calor humano de los allí presentes, y no sólo por las ganas efervescentes de que se hiciera realidad este despliegue de virtuosismo, sino porque bien parecía una extraña tarde de verano en pleno mes de marzo. Nada nuevo bajo el sol de Murcia. Incontables camisetas con el logo de Opeth o Dream Theater ocupaban la pista minutos antes del comienzo del concierto de Cryptodira. La emoción y las expectativas se palpaban en altas dosis, incluso algún valiente se atrevió a probar, minutos antes, la Stranberg de 8 cuerdas de Richard Henshall expuesta en la zona del merchandising.
Cryptodira
Cryptodira
tocó durante poco más de media hora. Para mi gusto y a pesar de la actitud arrolladora por parte de los integrantes, la complicidad generada con el público y el repertorio de canciones cañeras, tuvieron que luchar contra la peor calidad de sonido de toda la velada. A pesar de esto, el público acompañó enérgicamente a la banda, pidiendo más rondas de metal y coreando muchas de las canciones.
Setlist Cryptodira
1. Dante’s Inspiration
2.Ontology of Pain
3.The Blame for Being Alive
4.Hyperwealth
5.Something Other Than Sacrifice
Between The Buried And Me
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Between The Buried And Me
irrumpieron en el escenario con una fuerza descomunal y atrayendo al público más eufórico de la noche. Lamentablemente sufrimos la ausencia del guitarrista armónico, Dustie Waring, que no pudo acudir por problemas de salud. En un intento provisional por salvar el vacío, dejaron las pistas de Dustie pregrabadas incorporándolas con notable éxito durante el directo. A los pocos segundos del inicio ya supe que yo también estaba allí por ellos, como el que se encuentra una joya oculta sin esperarlo. BTBAM tuvo una interacción casi nula con el público, sin un discurso previo ni un intercambio mínimo de palabras con los allí presentes. Fueron a tocar y tocaron. Los temas se sucedían unos tras otros, como eslabones encadenados sin descanso ni tregua, casi pareciendo una única canción larguísima de 60 minutos.
Extremophile Elite fue el pistoletazo de salida con el que ya se apreció un despliegue de contrastes rítmicos, estructuras pesadas y secciones orquestales muy características de la idiosincrasia de los estadounidenses. Muchos nos arrancamos a bailar en Revolution In Limbo durante una parte que ya hemos bautizado, cariñosamente entre el grupo de amigos, como “La Cumbia Progresiva”. La canción avanzó sin perder un gramo de energía en la que se evidenció la gran versatilidad vocal de Tommy Giles y el nacimiento de los primeros estribillos pegadizos.
Automáticamente después comenzó a sonar Fix The Error con un estilo muy Megadeth y generando un clima constante de inquietud que nos permitió ser más conscientes de la tremenda capacidad de Blake Richardson trabajando tras los platos completamente enajenado durante un solo de batería apoteósico, pues se hizo responsable de la ejecución de las cuatro secciones de la pista original en la que colabora Navene Koperweis, Ken Schalk y el mismísimo Mike Portnoy de Dream Theater.
Además, Paul Waggoner también nos deleitó con algún Sweep Picking a la guitarra, demostrando una destreza grandiosa. Never Seen/Future Shock fue, sin duda, el tema más ecléctico del repertorio, con un estribillo ochentero y piezas de batería electrónica. Los sintetizadores de Dim Ignition sugieren un sonido muy a lo Stranger Things, alejándose un poco del catálogo propio de la banda y que enlaza perfectamente con la siguiente canción, Famine Wolf, el tema más tranquilo de la setlist y que pertenece al álbum más melódico de toda la trayectoria, Coma Ecliptic (2015).
Between The Buried And Me siempre ha mostrado esa gran tendencia por crear piezas globales, en la que el sonido gire en torno a un concepto único o en la que las canciones se enlazan unas con otras, incluso en álbumes diferentes. Por eso, tampoco es de extrañar encontrar temas como Bad Habits, la siguiente canción que tocaron en sala, cuya letra tiene conexión con Ants Of The Sky, del álbum Colours (2007), y que nos llevó a todos al sonido romántico del rock clásico de los años 70, percibiéndose las claras influencias de Génesis o Yes. La siguiente en sonar fue The Future Is Behind Us, con un sonido que ya podemos atribuir como “hakeniano” y con una estructura in crescendo que, entre transiciones sutiles, finaliza con sonidos extremadamente pesados.
La actuación de BTBAM termina con Voice Of Trespass, en la que el público terminó de enloquecer ante una batidora de jazz, swing, prog y death metal. De nuevo y a modo de curiosidad, la letra de Voice Of Trespass conecta con otro de sus temas, Condemned to the Gallows (2018).
Un gran espectáculo que no dejó indiferente a nadie.
Setlist Between the Buried and Me
1.Extremophile Elite
2.Revolution in Limbo
3.Fix the Error
4.Never Seen/Future Shock
5.Dim Ignition
6.Famine Wolf
7.Bad Habits
8.The Future Is Behind Us
9.Voice of Trespass
Haken
Llegó el turno para Haken que, como spoiler, con su setlist pagaron su préstamo emocional con Virus, álbum publicado en 2020 y que, por razones pandémicas, su gira también se vio truncada. A todos nos impactó la extraña coincidencia entre el nombre del álbum y el contexto sanitario que acontecía, pero que nada tiene que ver una cosa con la otra. Haken es el claro ejemplo de evolución en el que ningún disco se parece a otro sin renunciar, jamás, a su propia identidad.
Allí salieron todos, con una camisa hawaiana dejando una estampa grupal muy lejos de lo que se espera de un grupo de metal. Parecían un grupo de monitores sacados de un zoológico o una despedida de soltero en pleno corazón de Ibiza.
El show comenzó con Prosthetic, una canción directa al grano, ideal para dar comienzo a lo que se espera de una banda de semejante calibre. Sonidos épicos por donde mirases. No es casualidad que la melodía inicial se repitiera al final del concierto, generando una sensación de satisfacción para cualquier progmetal que se precie: generar bucles y cerrar círculos. Esta telaraña creativa ya se considera una constante en las creaciones de los londinenses, en el que todos los componentes están perfectamente hilados entre sí.
Ross se lució en Invasion, un tema centrado en la letra y la melodía vocal para después darle el turno al esperado Falling Back To Earth, un tema aclamado por todos y que resume perfectamente el Universo Haken, con estribillos potentes, melodías pegadizas, breakdown melódico e infinitud de contrastes. The Alphabet of Me y Taurus aparecieron como pequeñas dosis de lo nuevo, en esta última con un registro de voz que en alguna parte de la canción me trasladó inmediatamente a la voz de pecho tan característica de Joel Ekelöf, el cantante de Soen; y una parte muy pesada de Haken al más puro estilo Gojira, con abuso de doble bombo y armónicos de guitarra.
Con The Endless Knot se aprecia la parte más electrónica de Haken, en su gran afán por demostrar la virtuosidad por todos los recovecos posibles y evidenciando que la elección de las canciones no es fortuita ni azarosa. De hecho, a lo largo de esta canción aparecen sonidos típicos de la música dubstep que hacen posible una reinvención del metal progresivo, el new prog para los más elitistas. Cómo no, este tema hace también referencia a 1985, un tema del mismo álbum Affinity (2016), donde se repiten los estribillos y algunas armonías.
Del nuevo trabajo, Fauna (2023), Lovebite posiblemente fue la canción favorita de entre los comentarios del público. Lo que sí es seguro es que es una de las composiciones más cortas, pegadizas y con menos florituras en comparación a lo que nos tienen acostumbrados. Sorprendentemente a veces, aunque dentro del prog parezca lo contrario, menos es más. Llegó el turno de Carousel, mi favorita y por la que siento no ser del todo objetiva, pero tiene la emoción y la complejidad perfecta para lo que espero de un tema diez. El concierto finalizó con Messiah Complex, un reto defender ese cómputo de canciones en directo y que, definitivamente, lo consiguieron de manera excepcional.
Setlist Haken
1.Prosthetic
2.Invasion
3.The Alphabet of Me
4.Falling Back to Earth
5.Taurus
6.The Endless Knot
7.Lovebite
8.Carousel
9.Messiah Complex I: Ivory Tower
10.Messiah Complex II: A Glutton for Punishment
11.Messiah Complex III: Marigold
12.Messiah Complex IV: The Sect
13.Messiah Complex V: Ectobius Rex
A pesar de los problemas técnicos y de sonido, que no pasaron desapercibidos durante las 3 horas de música en directo, me gustaría finalizar mostrando mi gratitud a las promotoras (en este caso especial a Madness Live) y a las salas de conciertos que luchan por darnos la posibilidad de poder disfrutar de grupos de semejante envergadura en espacios pequeñitos (pero mu’ bonicos’), como lo es la sala Garaje Beat Club de Murcia.