Moonloop y Noah Histeria nos dieron cátedra de metal progresivo en diferentes especialidades

El sábado 14 de septiembre pasado, un afortunado grupo de amantes de la buena música se congregó en “La Nau” de Barcelona y presenció una gran verdad… ¡El metal nacional está en llamas! Dos tremendas bandas nos dieron cátedra de metal progresivo en diferentes especialidades. Los reconocidos barceloneses Moonloop, tocando de local con el muy reconocido Eric Baulenas a la cabeza, no tuvieron problema en demostrarnos cómo hacer un Death Metal progresivo con personalidad propia, reafirmando una vez más su nombre y su posición en la escena local y mundial. Y en cuanto a personalidades propias, calentando el escenario, los valencianos de Noah Histeria revolucionaron a los fanáticos con una emotiva y potente presentación llena de carácter progresivo.

Grupos: Moonloop y Noah Histeria
Recinto: Sala La Nau (Barcelona)
Fecha: 14 de septiembre
Fotos: KBAEZORTIZ - Music Photographer🤘 
Crónica: Alexander Minond Jashes

Noah Histeria

Previo a la apertura de puertas, ya se veía alguna que otra camiseta de Moonloop por los alrededores de “La Nau”, vestida por gente de todas las edades y representando a la escena local con orgullo. Poco a poco comienzan a llegar más y se empiezan a sentir las ansias. Luego de una leve espera, comienza el presagio de lo que se venía. Sube al escenario Noah Histeria, banda oriunda de Xàtiva fundada en 2012, actualmente compuesta por Juan (voz), Álvaro (bajo), Xavier (guitarra), Andrés (guitarra), y Gerard (Batería), nos ofrecieron 8 composiciones llenas de prog rock y metal con un desplante fenomenal.

Comenzaron el viaje para poner de manifiesto su propuesta, dándonos una muestra de lo que fue su último disco de estudio, llamado creativamente OJEPSE (o espejo si la vemos al espejo), con La Pirámide, un tema que empieza a adentrarnos el tono de la presentación que contemplábamos. Los ritmos que alternan entre lo pesado y liviano, cambios de ánimo que remueven nuestras emociones, nos compenetran fácilmente con la música de esta prometedora banda.

Y así, como si estuvieramos en una máquina del tiempo, nos movilizaron a través de toda su historia discográfica dándole a nuestros oídos el placer de escuchar Hautefaye, que le da nombre a su primer disco de larga duración lanzado en 2017. Esta canción está llena de sonidos que nos recuerdan a los grandes del rock progresivo, con algo de Djent más elementos del jazz a su receta, e incluso con un tono que a ratos podría acercarse a sonidos más pop, sin perder nunca la escencia rockera y metalera de la banda, generando dualidades entre la luz y la oscuridad que no pueden no emocionar al público, el que demostró que está para seguirlos a donde sea.

Continuando con un viaje filosófico que dejó reflexionando a más de alguno, nos entregaron canciones como 43 Días parte I y II y Djemil del mismo disco, contrastando elementos de su pasado con el presente (y claramente futuro) de la banda al proceder con dos composiciones de su último trabajo, El Hombre Duplicado y Ville Neuve, las que desempeñaron envidiablemente, destacando un bajo sólido y marcadísimo junto a unas guitarras que, una a cada lado del escenario, se complementaron entre ritmos y solos muy bien logrados, acompañados de una batería perfecta para marcar una pauta rítmica tan compleja. A esta altura ya estabamos en éxtasis y nuestros cerebros desbordaban en dopamina, pidiendo cada vez más, lo que no demoró en llegar. Dos clásicos de la agrupación nacional, Coloso y Shiro, publicadas en su anterior disco, supieron cerrar la velada, sin dejar de emocionarnos, y de emocionarse, dedicando Juan “Doc” el concierto a su abuela y compartiendo con nosotros un momento íntimo.

El desplante en escena de esta banda es digno de ver incluso para los no fanáticos del género, logrando hacer que las miradas no se vayan del escenario. El manejo de los silencios, el desplante vocal entre voces limpias y guturales, la complicidad de los miembros en el escenario, la potencia y técnica en el desempeño de los intrumentos, junto a la forma de transmitir emoción pura, hicieron que el escenario les quedara pequeño, cual planta que crece al punto que pide a gritos ser cambiada de maceta, esta banda tiene todo para llegar muy lejos.

Moonloop

Luego de un show que dejó la vara muy alta, se empieza a percibir la ansiedad entre los asistentes, algunos aprovechando de correr al baño, otros refrescándose en el bar, o simplemente parados en la pista sin querer perder su lugar en la pequeña sala que se transformó en una verdadera nave espacial. Empezamos a ver movimiento en el escenario, los capitanes de este navío, Moonloop empiezan a hipnotizarnos llenando el ambiente de aplausos, y nos recompensan la asistencia con Awaking Spirals of Time, apertura de su primer álbum Deeply from the Earth de 2012, con su suave guitarra que luego incorpora brutalmente el peso de una distorsión que a ratos se vuelve psicodélica y frenética, indicando el despegue de un viaje por la tierra, sus océanos y montañas, reflejándonos con New Dark Reality (de su más reciente lanzamiento, Fate in Motion, publicado hace tan solo unas semanas) las consecuencias de nuestros vicios humanos de la mano de esos guturales profundos, destacando el solo de Eric que hizo que los fotógrafos corrieran a fotografiarlo haciendo magia con su guitarra.

Mientras los aplausos y gritos llenaban los silencios al final de cada canción, la gente empieza a saltar cuando suenan los instrumentos, moviéndo cabezas al tiempo que vimos criaturas marinas con Megalodon, de su segunda publicación de larga duración Devocean de 2017, junto a piezas del universo en Cosmic Matter, y paisajes deslumbrantes con Landscape, todo para ir enseñándonos una lección de conciencia humana y Death Metal progresivo junto a los riffs y solos envolventes de Eric y Nacho, las baterías de Raúl que resuenan con nuestros latidos sincronizándonos con el ritmo, y un bajo más que notable, donde las 4 cuerdas le quedan cortas a Marc, teniendo que incorporar 6 cuerdas a la ecuación.

A medio viaje la iluminación nos hace sentir que nos encontramos surfeando el universo, esquivando asteroides y materia cósmica, cuando llegan las primeras notas de Mask, que con su intenso comienzo nos hace despertar la conciencia y escuchar nuestro interior para no dejarnos corromper por las fuerzas malignas del cósmos. Continuamos con Zeal y la poderosa Awaken, que entre una sinfonía de tapping y headbanging extremo hicieron camino a los últimos dos temas del show, Medusa y finalmente Strombus, una pieza maestra del grupo catalán, que entrecerrando sin dejar de transmitir esa energía desgarradora que mantuvieron todo el show, con una performance instrumental notable, y un desplante en el escenario que dejó al público con ganas de más. Pero como dicen, de lo bueno poco, ahora tenemos aun mayores expectativas para la próxima presentación, que esperamos venga pronto.

Definitivamente Moonloop nos dio un testimonio de por qué se ha hecho el lugar que tiene en el circuito local y mundial, haciendo evidente la calidad de todos los músicos arriba del escenario, con su versatilidad y habilidad para cautivar al público con sonidos originales bien transmitidos en un desplante escenico imponente.

Terminando el concierto, se pueden ver las sonrisas complacidas, agradeciendo entre aplausos y voces la increíble noche que acabaron de tener gracias a estos representantes de la escena local y nacional que supieron recordarnos que el rock y el metal progresivo en España tienen su destino en movimiento, y al parecer, progresa de maravilla.