Fotos: Bao Photography
Segunda edición del Garage Sound Festival acogida de nuevo en el Auditorio Miguel Ríos de la localidad madrileña de Rivas de Vaciamadrid. Como todos los festivales de Rock que se celebran en este país deseamos y queremos que gocen de salud y longevidad pero algo básico y fundamental en todo ello es la afluencia de público. La organización ha apostado otro año más en darle mucha promoción por todos los medios físicos y virtuales pero la respuesta en asistencia ha sido floja. No es un problema de cartel ya que había una buena mezcla de bandas jóvenes y emergentes con otras más contrastadas y de larga trayectoria. El problema es la masificación de festivales y su acotamiento en tan corto período de tiempo. Esperemos que esto no desanime a los que están detrás del festival quizás apostando por una reducción de formato o un recinto más pequeño que cubra bien las expectativas.
VIERNES 8 DE JUNIO
Por problemas de desplazamiento llegamos con la actuación de los australianos Mammoth Mammoth ya bastante avanzada. De lo que presenciamos nos dejó un gran sabor de boca. Rock sólido, poderoso y contundente que ya pudimos apreciar en un disco tan salvaje como Mount the Mountain.
Los siguientes en el cartel eran los británicos The Temperance Movement. A pesar de que el sonido y el horario no acompañaban demasiado (así como la climatología porque llovía intermitentemente) sacaron adelante un show repleto de clase y elegancia haciendo sonar bastantes canciones de su último álbum publicado este mismo año A Deeper Cut. A ver si con suerte los podemos ver próximamente en el circuito de salas.
Los suecos Hardcore Superstar eran los encargados de continuar rockeando sobre el escenario del Garage Sound y ciertamente lo consiguieron. Aunque con el paso de los años han ido «metalizando «su sonido siguen en buena forma y con una colección de temas clásicos bajo el brazo. Dreamin’ in a Casket, Last call for Alcohol o We don´t Celebrate Sundays fueron algunos de ellos acompañados de otros más novedosos como Electric Rider. Concierto correcto donde como siempre hicieron disfrutar a sus seguidores más contemporáneos y algo menos a los que los descubrieron como banda emergente del punk rock escandinavo.
Tras un breve descanso con espectáculo de acrobacias en moto incluidas llegaba el turno del cabeza de cartel del primer día. Los norteamericanos Buckcherry llevan a sus espaldas una trayectoria de casi veinte años con un disco de debut que los puso en boca de todo el mundillo. Después continuaron grabando álbumes con mayor o menor éxito, cambiando su formación de la que a día de hoy ya solo queda Joss Todd su vocalista, y girando por todo el mundo junto a grandes clásicos como Motley Crue.
Actualmente siguen teniendo su tirón pero la calidad de sus directos es bastante discutible. La banda arrancó bien pero con un grave problema en algo fundamental, la voz de Joss Todd. Pese a que en principio se movió bastante poco no conseguía dar una nota, fatigándose y recitando las canciones más que cantándolas. Con respecto a la elección del set list tampoco estuvieron muy acertados. Incluyeron bastantes clásicos como Lit Up, Broken Glass, Crazy Bitch o Rescue me pero el resto de temas fue bastante olvidable. Los músicos de la banda dignificaron bastante el despropósito vocal de Todd y no nos engañemos, las poses a torso desnudo con tattoos y six pack abdominal no sustituyen nada. Son sólo balas de fogueo. Una pena que un grupo que aparezca tan alto en un cartel no consiga nada más que decepcionar a muchos fans que allí se congregaron.
Tras otro descanso salió a escena la banda del canadiense Danko Jones. De las veces que lo había visto en directo siempre me quedó el resquemor de que podría haber dado más. Habitualmente perdía mucho tiempo de show con largas parrafadas entre canción y canción pero en esta ocasión no fue el caso. Concierto contundente y directo que nos hizo olvidar el despropósito de Buckcherry. Sonaron poderosas I Gotta Rock, Twisting knife o Wild Cat. Se metió al público en el bolsillo desde el primer segundo y nos proporcionó justo lo que necesitábamos en esos momentos, rock en estado puro.
Para cerrar el primer día teníamos a los alemanes Motorjesus. Una banda que se dedica normalmente a lo que llamamos «dar cera» en el escenario. Rock’n Metal Old School que fue muy del agrado de los que aguantamos hasta el fin de esta primera jornada. Nos presentaron su flamante nuevo album Race to Resurrection con canciones contundentes como su single King Collider, Re-Ignite o Speedway Sanctuary. Buen concierto y gran actitud de la banda.
