Reseña: Anti Clock Tower – Tic Toc Turmoil

Hoy toca descubrir otra de esas bandas que merecen ser escuchadas hasta la saciedad. Hoy hablamos de un proyecto que ha visto la luz recientemente; hablamos de Anti Clock Tower, banda formada por Max Fuck y Federico «Freddy» Spera. Frente a variadas influencias que se inclinan hacia una vertiente muy progresiva, se dejan imaginar grupos como Dream Theater, Haken o Plini. Las comparaciones son odiosas, no cabe duda, y más cuando al poquito de ponernos el disco descubrimos que hay algo en él que lo hace verdaderamente único. En alguna reseña he comentado ya el factor de que la música instrumental, aún gustándome mucho, necesita tener algo que me enganche más allá de técnica o virtuosismo. Es aquí cuando realmente aprecio una atmósfera; un mensaje de los compositores hacia sus oyentes, algo que nos invita a quedarnos… más bien parece cogernos de la mano para hacer el trayecto sonoro juntos.

Anti Clock Tower

El disco que analizamos lleva por título Tic Toc Turmoil. Se trata de un larga duración de 37 minutos, de 9 cortes y bastante llevadero. Si bien de una primera escucha se pueden destacar la inundación de riffs progresivos, solos de guitarras y soniditos que quitan peso a la estructura y composición, a la vez nos obliga a tener una escucha activa, en la que un despiste nos cuesta perder mucha información. Esto tiene su parte buena y mala: por un lado, es de esos discos que ganan con las escuchas y, a la vez, puedes perderte en él (de buena y mala manera, aburriéndote o dándote ganas de más). La línea rítmica, si bien técnica y bien adaptada a los elementos, quiere recordar a los ya mencionados Haken y Arch Echo: pasajes bien adaptados al ritmo de la canción dejando recaer el peso en la parte armónica, tomando protagonismo solo cuando lo requiera la canción o en partes muy técnicas, en las cuales predominan tónicas en lugares extraños del compás.

Con el avance del disco vemos coqueteo con estilos fuera del progresivo como el jazz o el funk, así como la creación de atmósferas que se acercan al rock progresivo pero se mantienen alejadas de la tónica general del disco. Esta polivalencia de estilos no hacen sino sumar y hacer la propuesta cada vez más atractiva y menos pesada al oído. Personalmente, aprecio mucho cuando un disco es así de variado: el artista parece no parar de dibujar y mezclar colores, por lo principal tonos muy suaves, que se funden con la visión que cada uno tenga de la música. Los tecladitos y diferentes efectos de guitarra contribuyen a aliviar la pesada carga que supone un disco de progresivo instrumental (porque por muy fan que seas del progresivo, a veces cansa). Así pues, os animo a escuchar este entretenidísimo disco. Un proyecto que, sin dudas prometedor y con una evolución (esperamos que la tenga) incierta, nos deja un sabor de boca maravilloso nada más empezar; ¡toda una declaración de intenciones!