Fotos: Rubén G. Herrera

Debo admitir que estuve a punto de no asistir al concierto de Truckfighters el pasado sábado en la sala Nazca de Madrid. Simplemente me gustan, pero no creí que su actuación en vivo valiera mucho la pena. Y cuánto me alegro de haberme equivocado tan, pero taaaaan estrepitosamente.

Alrededor de las 20h, los ya experimentados Krazark, que lanzaron en 2023 su último disco Fireflake, dejaron claro el nivel de bandas que hay en la capital. Con un sonido potente, realzado por el uso de dos guitarras, y a veces cercano incluso al del sludge metal, lograron que el público madrileño entrara en calor con temas como Dark City o Fireflake, debido en gran parte a la entrega de absolutamente cada uno de los miembros del grupo. Una elección sinceramente perfecta para abrir el evento.

Ya a eso de las 21:30, tras una pausa, aparece en primer lugar Johan «Toro» Marberg a la batería, con una camiseta que rezaba “I came here to fuck shit up and have a good time”. Es decir, “he venido a liarla y a pasarlo bien”; toda una declaración de intenciones, pero en este caso muy acertadas.

Posteriormente, se unen el líder de la banda, Oskar «Ozo» Cedermalm al bajo, y Dango (Niklas Källgren), a la guitarra, ya directamente sin camiseta y prácticamente dando brincos.

Con una trayectoria que abarca más de dos décadas, Truckfighters ha forjado su reputación como uno de los pioneros de la escena Stoner y del desert rock, siendo en concreto su álbum debut Gravity X referencia para los seguidores del género. Como dato adicional, dos años después de la salida de su último álbum, V, en 2016, anunciaron en sus redes sociales que se iban a tomar un largo descanso, y que si volviesen, volverían más fuertes que nunca. Y vaya si lo han hecho.

Dicho esto, y como no podía ser de otra manera, a modo de apertura sonó el riff de Mind Control y pocos segundos después la totalidad de la sala estábamos ya entregados al sonido clásico, elaborado y dinámico de Truckfighters.

Y es que cada uno de los miembros aporta una energía y un entusiasmo que muchas bandas deberían envidiar, pero si hay que destacar a alguien, es a Dango (Niklas Källgren). Imaginad que Jesucristo hubiese tenido un hijo con un nivel de energía sobrehumano y que su forma de concentrar esta energía fuese tocando la guitarra en un grupo. Pues algo así es la experiencia de ver a Dango en escena. Y es que durante la totalidad del concierto no cesó de saltar, dar patadas al aire, tocar la guitarra a la espalda. Incluso bajó del escenario para seguir tocando entre el público, llegando prácticamente hasta la barra del bar de la sala antes de volver a subir.

Durante más de una hora, y con muchísimos solos de guitarra y bajo, Truckfighters tocaron temazos como Monte Gargano, The 1, The Chairman o Gain Speed. Y en la última etapa del concierto, tras pogos un poco tímidos del público y crowdsurfing, cerraron con la inconfundible Desert Cruiser, mientras la totalidad de la sala coreaba el estribillo “I’m running out of fuel!”.

Los de Örebro seguirán de gira durante 2024, y desde luego que todos los que pudimos verles en directo repetiremos siempre que se pueda. Yo, al menos, les veré en unos meses en el Sonic Blast. Pero si una cosa me ha quedado clara, es que, si la vida te da la oportunidad de ver a Truckfighters en vivo, hay que ir y punto. Su espectáculo y la calidad de su directo superan con creces el precio de la entrada, y es simplemente imposible que alguien pueda aburrirse.