Bad Religion celebra su aniversario en Santiago por todo lo alto.

El Domingo 22 nos dirigíamos a Santiago de Compostela para asistir a un concierto muy esperado, la gira del 40 aniversario de Bad Religion (a la que tocó sumar 2 años a mayores gracias al COVID) con unos invitados a la altura de lo esperado.

Bastards on Parade

La tarde arrancaba con Bastards on Parade, no se me puede ocurrir mejores anfitriones para acompañar a un grupo de punk en tierras gallegas, es genial ver como según los años van creciendo y ganándose su lugar en el panorama, su sonido es un nexo perfecto y son unos acompañantes a la altura. Arrancaron con toda su energía y caldearon el ambiente para los que estábamos por allí pasando por distintos temas aún que el mejor momento fue cuando tocaron su maravillosa versión de A Rianxeira, perfecta para poner a bailar a todo el mundo y dejar un muy buen sabor de boca.

Blowfuse

Los siguientes en recoger el testigo fueron Blowfuse, salieron al escenario como un terremoto imparable, desbordando energía, no paraban quietos. Sabían mover al público como unos expertos, seguro que a más de uno les ayudó a soltarse, canción tras canción no tuvieron ningún momento de bajón, fueron una muy grata sorpresa. Casi sin darnos cuenta habían terminado por todo lo alto y dejando con ganas de más. Es de estos grupos que se nota que han nacido para marcar la diferencia en el directo.

Desakato

Seguidos por Desakato, desde su puesta en escena hasta su sonido, su directo fue de 10. Salir a un escenario después de la leña que dieron Blowfuse no era fácil pero le aguantaron el tipo con creces, se empezaron a ver los primeros crowdsurfers y el recinto se iba llenando más y más. La verdad es que fue una pena que no tuviesen más rato para tocar porque da gusto ver lo bien que se mueven sobre el escenario, se nota todo el trabajo que hay detrás, dejaron con ganas de más con un cierre perfecto tocando La Tormenta, seguro que se llevan a más de un fan nuevo que venían por Bad Religion y quedaron impresionados con los Asturianos que ya poco les queda de banda novata.

Millencolin

Seguidos por Millencolin fue un sabor agridulce, no es que sonasen mal o el concierto fuese malo, pero en comparación se notó un bajón de energía inesperado sobre todo en el arranque. Aunque el público estaba entregado, su sonido era limpio y se los notaba muy cómodos en el escenario. Mientras avanzaban las canciones el ambiente no paraba de caldearse y se iba notando más energía por porte de Millencolin yendo hacia un buen cierre.

Suicidal Tendencies

Ahora si llegaba loa hora de Suicidal Tendencies, un grupo que me parece único e irrepetible y que te gusten más o menos pero su mérito es innegable. La cosa sea dicha fue arrancar y Mike Muir se merendó el escenario, la energía que tiene es de otro planeta, imposible no moverse al verlo. A estas alturas de la noche el público había crecido considerablemente y lo estaban dando todo en el pogo con los ritmos endiablados de Suicidal.

Una de las cosas que más llamaba la atención era ver al joven Tie Trujillo al bajo, ocupando el puesto que una vez era de su padre. Aunque técnicamente era impecable a veces se notaba algo ajeno a lo que estaba pasando en el escenario, es un novato en esto de dar bolos y aún que le ponga empeño la gente que tiene al lado lo hacen tan bien y se compenetran tanto que es imposible no notar cierto choque. Aunque a grandes rasgos fue un concierto impresionante con mucha intensidad y fuerza.

Bad Religion

Y llegaba la guinda del pastel, arropados por el calor del recinto, con las ganas por todo lo alto salía Bad Religion al escenario. Salieron para dar una lección de que los años dan experiencia, compenetración y fluidez en el escenario. Se les notaba loco por salir a tocar y darlo todo, ellos eran los primeros en disfrutarlo.

La verdad se hace difícil transmitir el ambiente que se respiraba y a mayores de todo esto tenían un sonido espectacular. Dieron un concierto totalmente memorable donde lo que importaba era ir lanzando tema a tema y darle a la gente un directo para cerrar la noche por todo lo alto, que mereciese la pena estar ahí y vaya si la mereció. Lo conciertos en Domingo pueden dar algo de pereza pero con grupos así se te quita rápido, a cada tema querías más, en ningún momento sobró nada, si no que la cosa se iba creciendo hasta que pasando por el bis reglamentario con la legendaria American Jesus de repente las cosa se había acabado casi sin darte cuenta de que había pasado uno de los mejores concierto que hemos visto sobre un escenario.

La verdad es que da gusto poder volver a festivales así e irse con tan buen sabor de boca y una sonrisa en la cara, ya se echaba de menos y con carteles así es difícil no querer más.