Riverside volvían a España algo más de un año después de su última visita para presentar Wasteland, su último trabajo de estudio.
El pasado domingo llegaba a España la nueva gira de los polacos Riverside, una gira en la que presentaban su último disco, Wasteland. El primer álbum del grupo sin el guitarrista y fundador del grupo Piotr Grudziński fallecido en en febrero de 2016. El de Madrid era el primero de los dos conciertos que daría el grupo en nuestro país y en él demostraron, una vez más, que es uno de los grupos más en forma del panorama progresivo actual.
Abrían la noche los también polacos Mechanism. Un grupo que practica un metal progresivo algo más cercano a grupos como Dream Theater que a sus compatriotas Riverside. Su concierto estuvo centrado en Entering The Invisible Light, su último trabajo publicado en 2018 y que están presentando en una gira junto a Duda y compañía.
Me sorprendió encontrar una Sala Mon casi llena desde el primer minuto a pesar de que, como comenté con varios conocidos, eran un grupo poco conocido. Se notaba que había muchas ganas de volver a disfrutar de Riverside en Madrid aunque también vi a bastante personas coreando los temas de Mechanism.
El grupo formado por Rafał Stefanowski (voz), Michał Cywiński (guitarra), Artur Olkowicz (bajo) y Adrian Łukaszewski (batería) se metió al público en el bolsillo. Aunque he de decir que su concierto se me hizo algo plano, quizás un segundo guitarrista le daría más empaque en directo. Jump into flight fue el único tema perteneciente a su primer álbum (Between the Words, 2015), siendo Entering The Invisible Light (su segundo trabajo, publicado este mismo año) el protagonista del concierto. Un disco que han compuesto sin prisas y mucho trabajo como ellos mismos comentaron.
The Great Confusion y una buen aplauso por parte del público cerraron un concierto bastante correcto de un grupo que, desde mi punto de vista, tiene cosas por mejorar, pero es una banda a tener en cuenta.
Ahora sí, llegaba el momento que todos esperábamos. Volver a ver a Riverside en directo. Reconozco que Wasteland me ha gustado bastante y que creo que mejora con cada escucha, aún así, no necesitaba ninguna excusa para volver a disfrutar del grupo que considero dio mi concierto favorito del pasado año. Desde los primeros temas ya pudimos comprobar que esta noche tendría bastante poco que ver con aquel concierto íntimo, melancólico y emotivo. No lo digo de manera negativa, al menos en lo que al grupo se refiere. Sí que hay que mencionar que la sala no fue todo lo cómoda que podíamos esperar. Quizás la gran afluencia al concierto hizo que en ocasiones y depende del lugar en el que estuvieras, pudieras sentir algo de agobio; también es verdad que en ocasiones el sonido de la batería y de los teclados se perdían, llegando a ser imperceptibles. Aunque si algo me llamó la atención para mal fue esa inclinación hacia abajo de la parte final de la sala que hacía que las últimas filas apenas pudieran ver a los músicos sobre el escenario. Ahora bien, el grupo estuvo más que a la altura.
Como era de esperar, el show estuvo centrado en su último trabajo, quizás el más oscuro de la banda hasta la fecha. El primer álbum tras el fallecimiento de Piotr Grudziński y en el que Mariusz Duda se ha hecho cargo de la composición. Acid Rain fue la elegida para abrir el concierto, levantando los primeros aplausos entre el público; le seguiría la magnífica Vale of Tears y el primer vistazo de la noche a su disco de debut con Reality Dream. A diferencia del pasado año, desde el primer momento se ve al grupo sonriente, no deja de resultar curioso ver esas caras de felicidad mientras interpretan su música más oscura realizada hasta la fecha.
El triplete Out of Myself, un acortado Second Life Syndrome y Left Out vuelve a recordarnos que poco tiene que ver con el melódico concierto de su última visita. Estamos ante un concierto de rock progresivo con un grupo sin miedo a explorar su parte más instrumental y con un Maciej Meller mucho más integrado y cómodo dentro del grupo.
Duda nos habla de lo felices que están de volver a Madrid y nos da las gracias por asistir al concierto antes de colgarse la guitarra acústica para interpretar la preciosa Guardian Angel. Tras ella, interpretarían Lost y Loose Heart en la que el cantante nos confiesa que su voz no está al 100% y nos pide ayuda para el tramo final del tema.
Suenan las primeras notas del tema que da nombre a su último trabajo y cuyo comienzo siempre me trae a la mente a Jethro Tull. Al fondo del escenario vemos imágenes que nos llevan al lejano oeste, otra de las tierras baldías de las que podría hablar el disco. Le sigue The Night Before interpretada por Duda y Łapaj a piano y voz.
Con Panic Room vamos recordando que el concierto de algo más de dos horas va llegando a su fin. Mariusz retoma una de las muchas guitarras acústicas que llevan en esta gira y deja el bajo a un desconocido Mateo. Nos recuerda que el grupo se encuentra en una nueva etapa pero que siguen recordando a Piotr, lo que desata una gran ovación entre el público que da paso a River Down Below.
Un magnífico final de concierto, con un grupo compacto, unos temas que rozan la perfección y que resisten más que bien el paso de los años. Esperamos volver a tener a Riverside en España, eso sí, a ser posible en otra sala.
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