Hardcore Superstar regresan con su mejor truco, Abracadabra.
Diez nuevas locuras en forma de divertimento musical, de la banda más responsablemente gamberra que conozco. Me abro una sidra y me dispongo a degustarlo.
El tema que abre y da título al disco, Abracadabra, de dos escuchas ya lo estoy coreando imaginándome que estoy de concierto, que por cierto, si no habéis tenido el placer, pensarlo, es una fiesta de hardrock nórdico bien hecho. El sucio bajo de Martin Sandvik, la raspante voz de Jocke, los dibujitos guitarreros de Vic Zino y la blindada batería del hiperactivo Adde. Toda esa mezcla me cae, como un chupito fresquito para empezar la fiesta.
No podía ser de otra forma, las divertidas y desenfadas letras hechizan. Con respecto a la producción que ha corrido, de nuevo, a cargo de Joahn Reiven, me gusta, por ejemplo, sentir la respiración en las estrofas, los dibujos guitarreros de mil colores, no me dejan distraerme. Que oportunos sus típicos estribillos cuadrados armoniosamente.
Forever and a Day, es como su versión de lo que es una balada, apasionados e intensos de principio a fin, sintiendo y haciendo sentir. Jocke dejando volar los finales de las desenfadadas estrofas al igual que ese final perfectamente inacabado.
Tirando de coros y tempo, lanzan Weep When You Die, con una melodía que se fija a mi sistema nervioso central, aquí sí han medido tiempos para hacerme disfrutar respirando. Asentado en las seis cuerdas Vic se divierte y el buen rollismo que transmiten es irremediable.
Give me a Smile, ejemplariza de forma clara su estilo, hacen lo bueno fácil y divertido de forma simple pero efectiva, sin cansar. Raspan esas cuerdas en mis tímpanos dando orden directa a mis pies de pegar saltos descontrolados, paro para dejarme atacar por el solo y vuelta a disfrutar. Un maravilloso ritual.
“Este es el disco que debió salir después de nuestro disco homónimo Hardcore Superstar, también llamado álbum negro”
Catch me if you can, fue elegido como uno de los singles de adelanto y por algo, el truco, es sencillo, en este caso concreto, aguantar el ritmo, de esta juerga de apariencia descontrolada. Los coros se salen del estribillo por todos lados. Esto es sello sleaze, marca Superstar y punto.
La batería aguantando las bases, dejando que voz y guitarras se luzcan, en esta bien tejida tela de araña que se me pega. Que arte innato tienen los suecos para estos temas de todos a una, así les luce, te vienes arriba quieras o no. ¿Ya he dicho cuanto necesito una experiencia concierto? Se me ha acabado demasiado pronto, One for All, solo eso.
Otra clara interpretación personal de ser como melosos y lánguidos, Dream in Red, no sé si el rojo es el color que me viene a la mente cuando pienso en su alocada música, me explotan todos en la cabeza la verdad. Que sigan rompiendo los silencios así para el resto de su carrera con esas estrofas entonadas con tal mala leche, que parecen maldecir el aburrimiento musical. Las púas se han calentado bien grabando esto.
En toda la cabeza me han pegado con este ladrillo de solida intensidad con Throw a Brick, buen truco el casi enganche con el tema anterior. Vistosa la jugada de voces en el estribillo y siguen sin saber lo que es la monotonía sin salirse de su estilo.
Han acabado de robarme el corazón clausurando su juego de encantamiento escénico en formato acústico, atreverse con lo que se les ponga delante sin pensarlo dos veces, esa es la actitud. Que carisma tiene Jocke haga lo que haga, Fighter es un temón digno de convertirse en single. No hay quien pueda con su rock and roll.
Esto se me ha pasado tan volando como sus shows, siempre con ganas de más, que necesaria es esta brujería para sentirme viva.
No me ha dado tiempo ni a acabarme la Kopparberg, me abro otra disfrutando del buen sabor de boca y os animo a hacer lo mismo. La línea no la rompen, pero las expectativas tampoco, el desparrame de energía es su propuesta, el ambiente, está más que logrado.