Tras dos años de espera el 981 United vuelve llenar la sala O Túnel
El Sábado 10 nos acercábamos al regreso del 981 united en la sala O Túnel para disfrutar de un fantástico cartel y un día para recordar.
Al final Solo Habrá Cenizas
Arrancando la tarde nos encontraríamos con Al final Solo Habrá Cenizas con su Sludge ya arrancando con un sonido fantástico y una muy buena puesta en escena.
Aunque fue breve fue un inicio genial para abrir boca, creando ambiente para lo que vendría después, todo un descubrimiento.
Rymer
Un rato después saldría al escenario Rymer una banda de la que no sabíamos nada y nos sorprendió su desbordante energía sobre todo por parte de su cantante, desde luego pusieron todas sus ganas en mover a la sala que ya estaba algo más llena.
Aunque pueda parecer que su música sea solo para fans de lo más extremo sus composiciones tienen muy buen gusto y si siguen así les espera un futuro prometedor en la escena.
Grima
Después darían paso a Grima, el dueto ha ganado fama últimamente, compartiendo cartel con grandes grupos como The Baboon Show o Bones Of Minerva, esto se notó en que la sala casi dobló su público.
Y es que no es de extrañar, su salida fue arrolladora, se mueven en el escenario como una banda veterana y sonaron increíble, los asistentes estaban totalmente entregados, coreando sus temas y la banda desprendía muchísima energía y fuerza.
A pesar de ser solo dos emanan una intensidad por encima de muchos grupos, repasaron temas tanto de su último disco A ver Ahora como de su primer trabajo, A Ver a Qué Sabe.
Son de estos grupos que definitivamente ganan en directo, te dejan con ganas de repetir.
True Mountains
A Grima los sucederían los míticos Coruñeses True Mountains, ya no es la primera vez que vemos a este fantástico grupo pero tampoco es que haya problema, son una banda que siempre se agradece ver de nuevo.
Siempre transmiten muy buena energía y sus canciones funcionan genial, se hace muy ameno verlos sobre un escenario y saben muy bien como transmitir con su música.
De algún modo transmiten esa complicidad y ese ambiente tan agradable, a ver si pronto nos sorprenden con música nueva como ya dejaron caer durante el concierto.
Brothers Till We Die
Terminando con esta parte más tranquila de la noche saldrían al escenario Brothers Till We Die, los madrileños siempre han sido una banda muy querida en la ciudad, por una cosa o por otra desde que empezaron a tocar por aquí hace ya unos años su fama creció y los asistentes son fieles repetidores de sus conciertos como bien menciono el propio vocalista.
Hace ya 6 años tocaron en el 981 y ahora repiten con un cambio en su formación tanto de bajista como de batería pero haciéndolo tan bien como nos tienen acostumbrados.
La verdad es que daba gusto escuchar a su cantante Felipe, se le notaba muy feliz y agradecido por el calor que recibieron por parte del público que estaba totalmente entregado.
El buen rollo que se respiraba tanto por parte de la banda como del público, hasta hubo tiempo para que le felicitaran el cumpleaños y también para que subiera a cantar un tema con ellos el vocalista de Arson Tides.
Devil In Me
Se acercaba uno de los platos fuertes de la noche con los portugueses Devil In Me, tocando canciones tanto de su último disco On The Grind como sus grandes clásicos, arrasaron con la sala.
Su cantante se aprecia que sabe mover al público a la perfección y su entrega es total, algo que demostró en una de las pasadas ediciones del Resurrection Fest al igual que en esta ocasión.
Dieron un concierto fantástico y la energía era contagiosa. Su sonido fue perfecto y el bolo iba a más en cada momento, sobre todo cuándo tocaron On My Own y Soul Rebel que fue apoteósico y a más de uno hubo que rescatarlo del pogo, al final todo terminó con muchas sonrisas y cervezas en el aire.
Moscow Deathbrigade
El cierre de la noche fue de la mano de Moscow Deathbrigade, había una gran expectativa por ellos, aunque nos visitaron hace poco en el Resurrection Fest, su propuesta musical es curiosa cuanto menos, su apariencia con el pasamontañas de primeras también impacta, pero la verdad se que encajó muy bien para cerrar la noche.
Incluso se podía ver muchos miembros de las bandas que habían tocado por el público o detrás del escenario.
Ya empezaban a fallar las energías pero en toda la sala se podía observar una cara de satisfacción y es que si algo se puede decir es que el ambiente fue de 10.
Es genial que el regreso del 981 haya sido así y nos quedamos con ganas del año que viene.