Quizás este no haya sido mi mejor año respecto a escuchar nueva música, ni tampoco a escribir sobre ella. Pero los tops nos pisan los talones los últimos días antes de que se acabe el año y los recuentos están por todos lados, colgándose ya por todos lados dan las primeras luces de quiénes se llevarán los grandes premios del 2023.

Yo, propiamente tal, sigo girando en las mismas bandas en las que me he concentrado los últimos años. No es por un tema de no dejar entrar a los nuevos sonidos, solamente es resaltar con sinceridad lo que se ha comido nuestro reproductor este año en particular.

Aquí los 5 álbumes que me acompañaron gran parte del 2023:

Riverside – ID. Entity

Un álbum difícil de digerir en las primeras oídas, pero solamente faltaba un repaso en vivo para conectar completamente con esta nueva era de Riverside. Dejando atrás las sombras y la melancolía para darle paso a este inteligente Rock Progresivo conectando los matices de los 80, jazz y un sin fin de cosas propias de los genios polacos. Un trabajo lleno de mensajes políticos y personales que dan paso a la reflexión de cuál es nuestra identidad frente a las diferentes vertientes que arremeten contra nosotros diariamente. Con Big Tech Brother pasándose al siguiente nivel dándole el dramatismo necesario en la voz del querido Mariusz Duda y una voz inconfundible a estas alturas del partido.

Soen – Memorial

El poder de encantamiento de Soen sigue intacto para algunos. A pesar de leer opiniones variadas sobre este trabajo, yo me quedo con la potencia detrás de cada letra. Sincere, Unbreakable y Fortress convertidos en nuevos himnos en vivo, al igual que Violence, quedándose dando vueltas en nuestra cabeza desde la primera escucha. Un progresivo que se queda dentro del metal y explota por completo la tremenda voz de Joel Ekelöf, apremiando siempre la destreza de la batería y el bajo toma ese protagonismo groovero que nos ha demostrado el último tiempo. Un trabajo fácil de escuchar, con coros pegajosos y mucho sentimiento.

NE OBLIVISCARIS – Exul

¡POR FIN PUDIMOS ESCUCHAR EL MÁS QUE ANUNCIADO TRABAJO DE NEO! y desde el minuto uno supimos que estaría en todos los rankings ávidos y por haber en el universo. Tras seis años cocinando esto a puertas cerradas y muy pocas luces, solamente anuncio tras anuncio desde el COVID, concretando por fin en el primer semestre la salida de Exul. Finalmente, el combo de voces de Tim y Xenoyr lo vuelven a hacer y nos dejan perplejos como en sus anteriores discos. Equus se ha quedado dentro de las canciones del prog más extremo que se tienen que analizar para la prosperidad. 12 minutos que resumen con gran calidad todos los pasajes y atmósferas que se desarrollan en estos 6 tracks. Si aún no le has dado una oportunidad, por favor, hazlo.

Katatonia – Sky Void of Stars

El último disco de Katatonia ha sido uno de los que me ha hecho reconectar y volver a ponerlos en ese podio reservado para esas bandas que dejamos atrás pero siempre volvemos a ellas de alguna u otra forma. La suavidad de Opaline me conquistó de una forma muy poco sana, siendo una de las 5 canciones que más escuché este año. Ese cruce de la sensibilidad con la oscuridad que solamente saben recrear los suecos nos hace volver a esos pasajes antiguos en esta nueva era más moderna donde no hay miedo de ser más o menos poperos. Una madurez única plasmada en 11 temas que pasarán a ser parte de nuestro cancionero de la vida.

Marianas Rest – Auer

¡Casi me lo pierdo por no estar al día! Y es así como Marianas Rest se vuelve a colar en mi top de favoritos otro año. Un Doom novedoso que deja de lado esos empalagosos blast beast y riffs muchas veces con poca sangre. Una nueva forma de hacer música melancólica, fría y elocuente. Claramente, nos quedamos con The Sirens junto a la voz inigualable de Aaron Stainthorpe (My Dying Bride). Un equilibrio único entre la luz y la oscuridad irremplazable. Una de las bandas que aún se me escapa de ver en vivo, muy a mi pesar.

Otros que se me quedan en el tintero pero no quiero dejarlos fuera:

Steven Wilson – The Harmony Codex. Un trabajo obligado de escuchar, si no, tiraos a un pozo.

Ànteros – Montenegro. Gracias amigos de Rock Culture por meterme en este culto.

Within Temptation – Bleed Out. Gusto personal y cero sentido crítico, pero digno de admirar la valentía de WT de seguir lanzando la voz con temas políticos y haberse sacado por completo el cliché de Symphonic Metal.

Insomnium – Anno 1696. Historia pura, muy bien contada y acompañada. Me ha costado entrar con Insomnium pero esto ha logrado cautivar.

Mourning Sun – Bahía Desolación. Como todos los años un guiño para la música de mi país de origen les traigo a una de mis bandas predilectas: Mourning Sun. Doom Metal crudo, real y sangrante con melodías nacientes e inspiradas en el extremo sur de Chile.