Crónica y fotos: Melanie Silva y Manu Hernández

Tras la sensación agitada y un poco agridulce que nos dejó la tarde-noche anterior, llegaba la jornada de viernes con la confirmación de que sólo un selecto grupo de fotógrafos iba a poder, mediante firma de contrato, obtener imágenes de cualquier tipo de la actuación de Slipknot. El tema era serio, pues la banda americana tenía su propio equipo de seguridad confiscando material fotográfico a quien no estuviera autorizado. Lo primero que se nos vino a la mente fue que era el segundo cabeza de cartel al que nos quedaríamos sin inmortalizar en este festival, pero contra las decisiones del artista no se puede hacer nada, y más en estos temas de imagen en los que algunos artistas de USA son tan escrupulosos y llevan al extremo.

No obstante, la jornada presentaba un montón de grandes atracciones más allá de la banda de Iowa y con una mejor climatología nos dispusimos a estar al pie del cañón para disfrutarlas y poder contarlas. Un hecho destacable de esta edición fue los poquísimos cambios de horarios o escenarios que la organización tuvo que hacer sobre la marcha. Obviamente, el día anterior fue inevitable por la tormenta y, aun así, fue poco lo que se movió, mientras que el viernes tan sólo la banda Misiva vio aplazado su concierto al día siguiente.

MEGARA

Con un sol radiante la banda madrileña Megara, liderada por su frontwoman Kenzy, brilló con luz propia en el Ritual stage. Con su habitual puesta en escena colorida, un telón con la cara sonriente del gato Chesire de Alicia en el país de las maravillas y la batería de Pol flanqueada por dos cuernos gigantes hinchables de color blanco, nos presentaron su espectáculo y los mejores temas de sus dos discos Siete (2016) como Vivo de rodillas o Esclava del aire del más reciente Aquí Estamos Todos Locos (2018).

Gozaron de buen sonido, pudiendo sentir la potencia de Pol sin que fuese en detrimento de la guitarra de Rober y el bajo de Pablo. Conectaron en todo momento con el público, pues a pesar de ser un festival donde pueda descuadrar un poco una banda como ellos, con un Rock Alternativo que una o dos décadas atrás sin duda habría sonado en todas las radios y cadenas musicales de TV, tuvieron un buen número de fieles seguidores allí desde bien temprano. No es para menos, pues lo tienen todo para seguir triunfando y así nos ofrecieron su producto musical condensado en 40 minutos.

Una Kenzy totalmente entregada a su público y en su papel de agitadora, agarrando incluso una Dean Flying V para acompañar con las labores de guitarra a Rober en algún tema, o acompañándose de bailarinas para interpretar la coreografía del videoclip de Involución fue la Alicia que nos llevó de la mano en un frenético recorrido por su particular país de las maravillas teñido de ‘fucksia’. La traca final que dejó a todos boquiabiertos vino con una performance de dicha temática frente a un telón a modo de teatro y actores.  Tras desplegar un cartel donde se leía ‘Gloria a la reina’ y caer el telón, quedó al descubierto un banquete donde estaban sentados todos los protagonistas y cerraron su magnífica actuación con Bienvenido al desastre.

BROTHERS TILL WE DIE

Acto seguido en el Main stage los también madrileños Brothers Till We Die (leer entrevista) llegaron dispuestos a volar cabezas. Hablamos de una banda de Hardcore con toques de Deathcore que fué ganadora del Band Contest organizado por el festival dos años atrás. El calor no fue impedimento alguno para derrochar su característica energía a la que ya nos tienen habituados tanto ellos como sus seguidores, propiciando moshpits y circlepits, que no cesaron en todo el concierto. Felipe su vocalista siempre se encarga de animar al público y de subirse a las vallas para mantenerse cercano a sus seguidores.

En pleno concierto anunciaron que saldría su nuevo disco titulado Touch These Wounds, I Came Back From Death del cual pudimos disfrutar de algunos temas como Kingdom of filth, Llorando a los muertos, Psalm 55 y Blood for blood, donde aprovecharon para agradecer a la gente el apoyo que les muestran. Aunque la gran mayoría de los temas eran de este nuevo disco tuvieron tiempo para tocar algunas de sus canciones más conocidas Hand to hand y Agony loves me. También aprovecharon para regalar merchandising entre el público, abrieron una botella de champán y tocaron un tema con el jesucristo más famoso de la escena: Víctor el cantante de The Broken Horizon. Uno de los momentos más destacables del concierto fue cuando se marcaron un cover de Raining blood de Slayer. En definitiva una actuación a la altura del escenario en el que tocaban.

NEILA

Tras terminar la actuación de BTWD nos acercamos a ver a los bilbaínos Neila (leer entrevista) que conquistaron el Desert stage con su Doom metal. Hace nada menos que 10 años fueron teloneros de otro de los grupos de esta edición, los suecos Cult Of Luna. Su canción Danza de nieblas cumplió una década, motivo más que suficiente para cerrar el concierto con este tema. Colofón insuperable para rematar su estreno en el Resurrection Fest.

CHILDRAIN

Al mismo tiempo, en el Ritual stage, los vitorianos Childrain, banda a la que les teníamos unas ganas inmensas, repartieron Death Melódico de alta factura. Con su nuevo disco The Silver Ghost bajo el brazo, que es una vuelta de tuerca más en cuanto a crecimiento musical en una trayectoria de hace ya unos cuantos años, se confirmaron a mi modo de ver como la mejor banda nacional del estilo junto a sus paisanos Rise To Fall, que pisaron ese mismo escenario la edición pasada (crónica).

Sonaron como debe sonar una banda de Melodeath: contundentes, nítidos y sucios a partes iguales, mejor que la anterior vez que los vi hace un par de años en el Download Festival de Madrid.

Lo único que me faltó fue un poco más de potencia vocal por parte de Iñi, pero bien suplida con mucha actitud y headbanging desde la tarima sobre la que comandó un gran concierto. Gran trabajo en las guitarras de Álvaro e Iker a las guitarras, con esos riffs tan característicos suyos y aportando melodía en los coros.

Temazos como Wake The Ghost, The Valley Of Hope o Matheria Act II animaron a los presentes, y a pesar de que a esas horas todavía no se veía demasiado agitado el pit consiguieron montar algo de jaleo.

Cerraron con Awakening, uno de mis temas favoritos, un concierto que se me hizo cortísimo.

WHILE SHE SLEEPS

Llegada la media tarde salían al Main Stage los esperados británicos While She Sleeps. Tras la baja de última hora de su vocalista Loz Taylor el público se mostraba expectante por saber quién iba a ser su sustituto. Scott Kennedy, el vocalista de Bleed from Within, salía al escenario cumpliendo perfectamente su cometido como cantante, pero no quiso destacar sobre los demás integrantes dejando de lado su habitual papel como frontman, dando lugar a que cumpliera con esa labor su guitarrista Mat Welsh.

Comenzaron con You are we, con todo el público ayudándoles a corearla, y posteriormente aprovecharon para presentar temas de su nuevo álbum So what?, con el que están girando actualmente. Algunas de las canciones elegidas para este cometido fueron Anti-Social, Haunt me o The guilty party durante las que los guitarristas Mat y Sean no dejaron de corear.

Four Walls animó al público, pero fue con Silence Speaks cuando todo el mundo enloqueció. Mat aprovechó para contar anecdóticamente que le pidieron a Scott aprenderla poco tiempo antes de la actuación.

Para cerrar este gran concierto eligieron uno de sus temas más pegadizos Hurricane, una vez más demostraron que a pesar de los imprevistos pueden salir adelante de cualquier situación y dejando al público con un buen sabor de boca.

THE BLACK PANTHYS PARTY

Como habíamos avisado al inicio de esta crónica, el día tenía bastantes nombres de mucho nivel sobre el papel y al mismo tiempo otras propuestas interesantes, varias de ellas por su componente festivo o por su puesta en escena como parte importante de su música. Entre ellas, no quisimos perdernos a The Black Panthys Party (leer entrevista). Una humilde banda asturiana de Punk Hardcore. Nos acercamos a verles en la parte final de su concierto para constatar lo que ya nos habían avisado que ofrecían, mucho punkarreo y diversión.

Presentaron su último trabajo titulado Uña, Glande y Libre (2018), con títulos sin desperdicio y letras llenas de crítica en tono de parodia hacia temas peliagudos de la sociedad y la política. Terminaron por todo lo alto con parte del público subido al escenario aupando a su voceras, aunque uno de los momentos álgidos del concierto fue lo que ellos llaman ‘wall of pez’ con ambos bandos arrastrándose por el suelo. Simplemente hilarante.

SANTO ROSTRO

Tras el despiporre punk hicimos la primera visita del día al Desert stage, donde los jienenses Santo Rostro (leer entrevista) estaban a punto de incendiar la cubierta que unos cuantos metros arriba cubre el escenario. Lo suyo fue una clase práctica de cómo sólo tres músicos pueden hacer flipar literalmente al público con tres simples elementos en su música: rudeza, visceralidad y y un groove muy oscuro que te hace menear el espinazo como un poseso.

Fue de justicia por parte de la organización darles un mejor horario y un escenario acorde a su propuesta, tras su paso con más pena que gloria por el Main stage el año pasado a primerísima hora tras varios cambios fortuitos. Con tres trabajos en su haber, el último titulado The Healer (2017) y a puntito de sacar el cuarto, son una banda carne de Desert, donde el Doom y el Sludge despedazan y mastican sus composiciones a veces básicas pero que tanto Antonio con sus desesperanzadores gritos y bajo distorsionado como Miguel con sus solos, bien compaginados con el seco golpeo de batería de Alejandro, convierten en una experiencia lisérgica. Los pasajes más progresivos y ambientales finalmente nos permiten digerir todo el conjunto.

Abrieron con Cut My Hand y cerraron con Bloodrun. Entre medias también pudimos escuchar Vacío Inicial, uno de los dos adelantos (ambos en español) de su próximo trabajo. Para romper un poco con el bloque compacto del concierto, que lejos de ser aburrido era una virtud, invitaron a escena a Javy, cantaor de la banda hermana Cabeza De Caballo (a quienes por desgracia no pudimos ver el día anterior), para cantarse una cojonuda versión de Forever My Queen de Pentagram que fue uno de los momentos más orgásmicos del concierto de una bandaza que sin duda fue de las que dejó huella en todo el festival.

SERRABULHO

La otra mitad de nuestro equipo, nada más terminar la actuación de While She Sleeps se acercó al Ritual Stage a ver a los portugueses Serrabulho. Un grupo de Grindcore un tanto peculiar, que incorpora a sus temas sonidos que no provienen de los instrumentos musicales, algo que no es muy raro de escuchar en este género. Sin embargo, las muiñeras en este estilo o una conga en medio de la actuación no son algo tan frecuente.

Por otro lado, su directo es toda una fiesta que llama la atención, desde la peculiar paleta en la que el vocalista lleva el micrófono donde podemos leer un ‘Grind is love’ en medio de un corazón, hasta los flotadores que lanzaba la banda durante la actuación, algo que no pasa desapercibido.

 

Una de las partes más anecdóticas del concierto fue el momento en el que hicieron que todo el público corease a su ritmo la frase ‘no puedo cagar a gusto’, lo cual no es algo tan raro si vemos los títulos de sus temas: Pito sem penas o Tofu au cu y hasta su versión de la conocida canción de Guns N’ Roses Sweet Grind O’mine. Si tenéis oportunidad de verles en directo desde luego no es una actuación que perderse aunque solo sea por lo bien que podéis pasarlo.

MUTE

Una vez finalizado el concierto de Serrabulho partimos al Chaos stage para poder ver a los canadienses Mute, que ya compartieron escenario con grandes bandas como Millencolin (a quienes también pudimos ver poco después) y los ya conocidos Bad Religion. Su estilo varía entre el Punk Rock y el Hardcore melódico, aunque su música es rápida pueden apreciarse perfectamente las melodías de sus temas y gran técnica.

Uno de los temas elegidos para iniciar esta actuación fue Strangers Back Again que pertenece a su anterior disco Thunderblast, pero adquirió mayor protagonismo su último trabajo Remember Death del que pudimos escuchar Resistance, The Dagger, Fill the Void o The Tempest que hizo que el público se marcase un gran circle pit. También pudimos disfrutar de un cover de NOXF, la mítica Don’t Call Me White.

Para finalizar su actuación eligieron King of Spades el último tema de su sexto álbum The Raven.

TRIVIUM

Tras seis años de la última aparición en el Resurrection Fest, y dos desde la última vez que pudimos disfrutarles en la Sala Capitol (Santiago) con un Route Resurrection por fin tuvimos oportunidad de volver a ver a los estadounidenses Trivium sobre el Main Stage.

Nada más empezar el concierto pudimos disfrutar de temas como Beyond Oblivion o The Sin and the Sentence, el cual da nombre a su último álbum. Tras este inicio dieron paso a canciones más antiguas como Like Light to the Flies y Pull Harder on the Strings of Your MartyrDown From The Sky, la elegida para darle un lugar en esta actuación a su álbum Shogun.

En todo momento se mantuvieron muy compenetrados, tanto tocando como moviéndose por el escenario, hasta el último fichaje del grupo, su batería Alex Bent, da un buen ejemplo de ello pareciendo que forma parte del grupo desde sus inicios. El carismático vocalista Matt Heafy se mostró sonriente durante toda la actuación e incluso se animó a soltar un ‘¡Que pasa cabronazos!’ y a corear el ya sonado ‘oe oe oe oe, Trivium, Trivium’.

Un detalle que pretendía ser divertido pero no pareció gustar mucho al público fue la aparición en escena de algunos youtubers como Jordi Wild y Joaquín Puto Amo, así como Gerard Rigau, líder de la banda barcelonesa Blaze Out, para dar un poco la nota mientras la banda tocaba Pull Harder On The Strings Of Your Martyr. Imaginamos que fue un detalle que tuvieron con ellos dada la amistad entre Jordi y Matt, pero más que animar la fiesta generó abucheos por un sector del público e indiferencia para la mayoría. Antes de este pequeña incidencia cayeron otros grandes temas como The Heart From Your Hate y Strife.

Para finalizar la elegida no fue otra que la habitual In Waves que hizo que no quedase ni un asistente sin moverse en el recinto. Fue un concierto corto como corresponde a un festival en ese horario, pero en el que la banda norteamericana realizó un ejercicio de poderío sonoro y carisma, especialmente por parte de su frontman.

VENOM PRISON

A última hora de la tarde pudimos ver a los galeses Venom Prison echando abajo el Chaos stage con su potente Death Metal. Salieron liderados al escenario por su vocalista Larissa Stupar la cual echamos en falta en la actuación de su anterior banda Wolf Down en el Resurrection Fest del 2017, pero tras pasar por el Route Resurrection Fest de Trivium el año pasado ganaron asiduos seguidores y no podían faltar a esta edición.

La carpa estaba a rebosar de público ansioso por ver su brutal directo, en un lateral del escenario Felipe cantante de BTWD y Matthias el cantante de Nasty tampoco parecían querer perdérselos. En el escenario no hacían falta adornos y es que Larissa sabe cómo encandilar al público con sus guturales y su puesta en escena. Presentaron temas de su segundo álbum Samsara recién salido del horno este año. Matriphagy fue el elegido para comenzar la actuación, también sonaron Uterine Industrialisation, Asura’s Realm y otras canciones de sus anteriores álbums como la conocida Corrode the Black Sun. Si la salida del videoclip Asura’s Realm hace apenas tres meses dejaba las expectativas muy altas, tras este directo pudimos ver que las cumplieron con creces.

ARCH ENEMY:

Casi coincidente en horario, otra banda liderada por una de las mejores vocalistas femeninas, Arch Enemy, ocupaba la atención en el Main stage. Habituales en los festivales españoles desde hace unos años, hace un par se dejaron caer por el Resu, aunque en esta ocasión lo han hecho con motivo de la gira de su último trabajo Will to Power. Un disco que pasó más bien desapercibido para el público durante la actuación. No obstante supieron tirar de sus singles The Race y The Eagle Flies Alone que, sumándole sus clásicos dieron lugar a un muy buen setlist.

Antes de salir al escenario se escuchaba de fondo Ace Of Spades de Motörhead, que dio paso a Set Flame To The Night, la preciosa intro de Will To Power donde brillan las guitarras de Jeff Loomis (primer disco grabado con él) y el capo Michael Amott. Sin embargo, la canción elegida para comenzar esta actuación fue The World Is Yours y no The Race, que sería la tercera tras War Eternal. Tampoco faltaron temazos de otros discos como la pegadiza You Will Know My Name y Under Black Flags We March, en donde la vocalista Alissa White-Gluz sacó la famosa bandera que representa al grupo y la ondeó al son de la canción durante unos minutos.

Salía al escenario la carismática Alissa con una de sus llamativas vestimentas, para esta ocasión con unas alas de murciélago, y una decoración en el escenario muy cuidada, donde el resto de los integrantes también acompañaban a esta escena con un cuidado vestuario en un negro impecable. Los espectadores parecían no estar tan receptivos comparado con la última vez que pudimos verles pero es que War Eternal les dejó el listón muy alto.

El recinto del Resurrection Fest Estrella Galicia 2019 (Official) ya está casi a reventar con Arch Enemy ?#resu #ResurrectionFestEG

Publicada por Rock Culture en Viernes, 5 de julio de 2019

Durante este concierto pudimos vivir uno de los momentos más emotivos del festival que fue capturado por el fotógrafo Daniel Cruz: el público levantó a un chico en silla de ruedas para que pudiera disfrutar del show como el resto de los asistentes haciendo que la conocida frase de la banda ‘One for all, all for one’ cobrase más sentido que nunca. Un chico al que tuve el gusto de conocer por estar alojado en el mismo sitio que yo y que no olvidará jamás la experiencia vivida, dejando una de las imágenes del festival a nivel mundial, ejemplo de integración y compañerismo.

Foto: Resurrection Fest Oficial

Como no podía ser de otro modo Nemesis fue la elegida para cerrar la actuación poniéndole así el broche de oro a este concierto.

AVATAR

Ya anocheciendo hicieron acto de presencia en el Ritual stage los suecos Avatar. He de declarar mi amor a primera vista con esta banda cuando sin conocerlos más que de nombre cerraron (y reventaron) el primer Download Festival Madrid en 2017 en el escenario 3 (uno de los pequeños). Aquello fue una revelación, el descubrimiento de una de las pocas bandas que a día de hoy entiende el concepto integral de show business y de marca. Medio año después de aquella iluminación, la banda liderada por Johannes Eckerström como vocalista y maestro de ceremonias, lanzaba Avatar Country, el disco que les haría subir unos cuantos peldaños más en cuanto a popularidad a nivel mundial.

Con Glory To Our King, la épica y a la vez cinematográfica intro de dicha obra maestra daba comienzo un espectáculo, otro de los importantes que nos reservaba la jornada del viernes, que fue más directo al grano que la última vez que pude verles en sala ya en la gira de Avatar Country (crónica). Así, la frenética A Statue Of The King sustituyó en el setlist a una más larga Legend Of The King donde su guitarra principal Jonas «Kungen» Jarlsby se hubiera lucido sentado en su trono (que también brilló por su ausencia).

Con un buen sonido y el público totalmente hipnotizado con el show, pudimos ver como Johannes y los suyos dieron 1 hora de lo que mejor saben hacer, que fue divertir a un Ritual stage lleno a rebosar en sus inmediaciones, al mismo tiempo que muchos se dejaban las cervicales imitando los constantes molinillos de los suecos. Cayeron varios clásicos de la banda, especialmente de los últimos años de su carrera, pues no hay que olvidar que ya van para casi 20 años, pero que el concepto de incluir parafernalia en sus directos comenzó en 2012 tras el lanzamiento de su cuarto álbum Black Waltz. De este álbum incluyeron 3 temas: Let It Burn, Paint Me Red y Smells Like A Freak Show, más de un tercio del repertorio del concierto.

No hubiera estado nada mal que hubieran retrocedido un poquito más en su discografía y haber escuchado Queen Of Blades, una de mis favoritas de su época más Death melódica. Como no había tiempo para mucho más, el resto de los temas fueron de sus más populares, como Bloody Angel, The Eagle Has Landed y la Country-Rock The King Welcomes You to Avatar Country que nos recuerda indefectiblemente a AC/DC por el riff de guitarra principal y la voz aguda de Johannes en algunas partes. El broche de oro lo pusieron con la brutal Hail The Apocalypse. Sin duda la conclusión es que merecieron de sobra haber actuado en el Main Stage y con una duración mayor para ofrecer su show más completo, lo que incluye una mayor interacción con el público. Por suerte volveré a verlos en el festival Leyendas del Rock en poco más de una semana, aunque volverán a ser 60 minutos y a primera hora de la tarde. Qué le vamos a hacer…

MILLENCOLIN

Desde Suecia llegaban al Chaos Stage el cuarteto de Punk Rock Millencolin que van a sacar nuevo disco y lo presentaron en exclusiva en el festival. Aunque llevan años sin venir al Resurrection Fest el público se mostraba expectante por poder disfrutar de la banda liderada por Nikola Sarcevic, pues iba a ser el único festival en el que tocarían en España este año y era motivo más que suficiente para verles.

A pesar de coincidir el final de su actuación con el grupo más esperado de la jornada, los asistentes se mostraban entregados a la banda moviéndose al ritmo de su punk noventero. Su sonido era mucho menos fuerte que en otras de las actuaciones que pudimos ver en ese escenario, lo que hizo que pudiésemos disfrutar mejor de canciones como SOS la cual da nombre al nuevo álbum o Nothing. El ritmo del concierto se mantuvo durante la hora que duró, demostrando así que a pesar de llevar más de 20 años sobre los escenarios no es un impedimento para ellos.

SLIPKNOT

Y llegó la hora más esperada por la mayoría de los asistentes al festival. Con un recinto abarrotado, con la incomodidad que ello supone, la banda más demandada del cartel venía precedida por la decisión ya comentada de no permitir, bajo amenaza de requisar el material, fotografía ni grabación de su concierto, a excepción de los medios de comunicación escogidos. Por tanto, no vamos a ocultar cierto regusto amargo con el que vimos una actuación también muy esperada por nosotros. Pero qué le vamos a hacer, por un momento intentamos olvidarnos de la faceta periodística y nos decidimos a vivirlo como unos espectadores más, mirando con ansiedad hacia aquel telón gigante negro con el logo de la banda de Des Moines en rojo.

Tras una protocolaria intro, al más puro estilo de las estrellas que son, donde sonó For Those About To Rock de AC/DC y posteriormente la estremecedora 515 que abre el Iowa, salieron Corey Taylor y el resto de su tribu a pegar fuerte bien desde el principio con People = Shit, el brutal tema que sigue a esa intro en el mítico album. Ya desde el principio me pareció ver algo acelerada a la base rítmica y, en consecuencia, al resto de instrumentos en el tema, pero teniendo en cuenta lo caótico que es y la impresión inicial lo achaqué a la excitación (de todos, incluida la banda). En el primer análisis visual del escenario llamaban fuertemente la atención los dos percusionistas elevados a ambos laterales del escenario y muy iluminados en color blanco, en contraste con los rojos y azules predominantes del resto.

Foto: Resurrection Fest Oficial

El ritmo siguió acelerado con (sic), de su primer álbum homónimo, y seguí pensando que allí sobraba ‘follaera’, pero bueno…no era la primera vez que un concierto de una banda enorme comenzaba raro de sonido. Lo cierto es que este descontrol inesperado me tenía un poco desencantado y esperé a que sonaran temas más ‘comerciales’ o más recientes de la banda para contrastar. Get This no era el tema más adecuado para este propósito precisamente, pero sí Unsainted, primer adelanto de su nuevo disco We Are Not Your Kind, que verá la luz el próximo 9 de agosto. Y efectivamente, con un ritmo más plano que los temas anteriores, pude evidenciar que iban un pelín más rápidos y que no me estaba volviendo loco. Una vez despejadas las dudas, reconozco que pude asumirlo y disfrutar más del concierto, pues estaban sonando contundentes y era todo un espectáculo ver cómo se agitaban como posesos allí arriba Shawn Crahan y el por el momento desconocido sustituto de Chris Fehn. Abajo, el siempre magnífico trabajo e intensidad de Jim Root y el carisma de Corey Taylor (mejor si no se presta atención a su nueva máscara) hacían el resto. Más del Iowa con Disasterpiece para enloquecer a los fans más bestias y paso a los hits que los hicieron internacionalmente conocidos como Before I Forget y Psychosocial, con un nuevo y caótico paso por Iowa con The Heretic Anthem, previo respiro de la banda con un Corey interactuando cómodo con un público y recinto que le era muy familiar, pues el año pasado salió encantado de allí con Stone Sour (crónica).

Foto: Resurrection Fest Oficial

De momento el setlist estaba siendo un lujo para quienes siguen a Slipknot desde sus comienzos. The Devil In I, esa hipnótica y nu metalera pieza de 5: The Gray Chapter, su último álbum hasta la fecha lanzado en 2014, me sonó a gloria, aunque de nuevo me pareció que iban algo acelerados. Todo lo contrario que con Prosthetics, del primer álbum titulado Slipknot (1999), que para mi gusto pasó sin pena ni gloria a tener un ritmo cansino en gran parte del tema.

Estando ya a mitad de concierto eché de menos más fuego, luces y espectáculo. En ese sentido esperaba más, aunque tampoco me había documentado sobre los anteriores conciertos de la gira, sinceramente. Pero en fin, sonaban bien y eran los p..os Slipknot, el que no se consuela es porque no quiere. El álbum Vol. 3: (The Subliminal Verses) tuvo su representación con Vermillion, tema que tampoco es santo de mi devoción, aunque sea un referente de dicho disco. Custer del 5: The Gray Chapter sí que volvió a reactivarme con ese sonido menos caótico pero igualmente demencial que percibo en ese trabajo de la banda. Con Sulfur volvimos a la época del All Hope Is Gone, uno de los trabajos que más me gustan y donde Slipknot hizo un Nu Metal más comercial. De ese disco hubiese amado escuchar Snuff, pero es un tema que por filosofía de directo no han tocado salvo en contados conciertos hace muchos años. Lo compensaron bien cuando se cascaron Out Of Life y Duality seguidas para retirarse antes de los bises.

Ambos fueron del primer disco, empezando con el rollete old school de Spit It Out, durante la cual jugaron al ya algo cansino juego de agachar a todo el mundo y saltar al unísono y por último Surfacing, con un desmadre generalizado tras el que todos podíamos irnos ya a casita habiendo cumplido con el objetivo de asistencia al festival desde el día que anunciaron a Slipknot. Seguramente también ellos, y en concreto Corey Taylor por segundo año consecutivo, se marcharon al backstage con la sensación del trabajo bien hecho y preguntándose porqué han tardado tanto en volver a España.

Os dejamos aquí con el primer vídeo de su actuación que la organización del festival ha publicado hace unos días:

CRADLE OF FILTH

Tras un concierto mastodóntico siempre cuesta volver a pisar la tierra para ver algo más normal, más de cerca y en un escenario más discreto. Esa sensación se nos quitó pronto al dar comienzo el show de los black metaleros británicos Cradle Of Filth. Siguiendo con la apuesta del día por lo festivo y las originales puestas en escena, tuvimos delante a unos clásicos del género a los que nunca había visto anteriormente y este año veré dos veces pues también participarán en el Leyendas del Rock.

Llevo pocos años apreciando el género Black, así como otras vertientes dentro del metal extremo, y cada vez le encuentro más gusto y sentido a su imaginería y sonoridades. Imagino que como muchas cosas es cuestión de dejarse los prejuicios a un lado y verlo como una manifestación artística, abriendo bien ojos y oídos. En el caso de Dani Filth y los suyos, tenía el prejuicio de que eran postureo o falso Black.

Nada más lejos de la realidad, a pesar de que el hecho de tener un estilo más sinfónico les emparenta más con un King Diamond, a quien veríamos al día siguiente, que con Behemoth. Dieron un concierto sobresaliente en sonido, presencia en el escenario y luces, exceptuando los ajustes iniciales que siempre se hacen desde la mesa cuando abrieron con la devastadora Thirteen Autumns And A Widow. Pudimos ver a un gran Dani que a pesar de los años sigue teniendo esa voz rota en mil pedazos que le caracteriza, acompañado en tareas vocales por la bella teclista Lindsay Schoolcraft elevada al fondo del escenario si de un altar se tratase.

El resto de la banda estuvo al buen nivel instrumental y escénico que siempre ha caracterizado a Cradle Of Filth, a pesar de haber pasado ya unos 20 diferentes músicos por la formación. En cuanto a los temas, no pudo faltar la famosa Nymphetamine que, dicho sea de paso, se queda en mantillas comparada con otros del setlist como Cruelty Brought Thee Orchids, Her Ghost In The Fog o Malice Through The Looking Glass.

El concierto formó parte de su gira de presentación de su último disco Cryptoriana – The Seductiveness of Decay, con el que la banda vive una segunda juventud gracias a grandes composiciones como Heartbreak And Seance, único tema del álbum que tocaron.

CONVERGE

La otra opción tras Slipknot era sumirse en el caos de Converge en el, adecuado para la ocasión, Chaos stage. Su vocalista Jacob Bannon salía al escenario demostrando ser un huracán de energía que arrasa por donde pisa. Comenzaron con A single tear, Dark horse y Aimless Arrow donde los estadounidenses dejaron muy claro que su estilo es un Hardcore punk muy duro.

El cuarteto se mostró muy compenetrado en todo momento y Jacob denotaba mucha emoción cada vez que cantaba lo cual es comprensible ya que el mismo se encarga de componer las letras.

Durante el concierto algunas de sus canciones más conocidas hacían que el público se entregase durante la actuación. Esto se vio reflejado mientras sonaba All We Love We Leave Behind que a pesar de no pertenecer a The Dusk in Us su último álbum hasta la fecha, sigue siendo tan recordado por ellos como por el público. Siendo un grupo veterano no tienen nada que envidiar en cuanto a puesta en escena a otros grupos más recientes. Para finalizar decidieron decantarse por otro de sus temas más conocidos Concubine que forma parte del mítico álbum Jane Doe, publicado hace nada menos que 18 años.

THE OCEAN

A la 1:30 de la madrugada y tras 3 días de festival, el cuerpo pedía tregua mientras la cabeza pensaba qué demonios hacer para desdoblarme y poder ver a The Ocean al mismo tiempo que a Crisix. Al haber visitado el Desert stage tan sólo una vez en todo el día, mi primera opción fueron los alemanes. Antes conocidos como The Ocean Collective, son una bandaza que amas o te aburre, como pueda pasar con los grandes Tool. Con cierta similitud en algunas piezas musicales, pero más intensos que la banda de Maynard James Keenan, su Post Metal o Metal Progresivo nace ya complejo desde el momento en que acuñan los nombres de los discos y los temas que los componen. Tuve una sensación parecida a la del año anterior con God Is An Astronaut en el mismo escenario, pero en esta ocasión decidí permanecer más atrás para empaparme del conjunto sonoro y visual más que de detalles, incluso porque la potencia y distorsión que emplean los de Berlin supera en decibelios a la banda instrumental irlandesa.

Con un juego entre haces de luz y sombras, hicieron gala de un sonido adecuado a su nivel técnico y fueron muy primorosos con la ambientación de los temas, que suben y bajan en intensidad tal como corresponde a su estilo, como podemos comprobar en su último disco Phanerozoic I: Palaeozoic, con el que empezaron el recital. Sólo permanecí medio concierto allí y aún tuve tiempo de reponer energías con las vibraciones que transmiten temas como Firmament de su anterior disco Heliocentric o Silurian: Age of Sea Scorpions de este último disco.

Hubiera sido una manera magnífica de terminar la jornada e ir a descansar, pero haciendo de tripas corazón no pude resistir la tentación de salir a ver la que estaban liando Crisix en el Main Stage.

CRISIX

Y efectivamente no me equivocaba. Allí en el escenario enorme con más luces que una verbena estaba la banda barcelonesa haciendo lo que mejor sabe, que es entretener al personal al ritmo de su Ultra Fucking Thrash Metal y lo que se tercie. En la entrevista que nos concedieron (leer aquí) ya avisaban que sería una fiesta, y efectivamente es lo que fue.

Llegué justo antes de que llamaran a Javi Carry, su batería, para unirse a ellos en el escenario, pues desde hace varios meses una lesión le tiene apartado de los conciertos de la banda y su lugar lo ocupa Arnau (Bellako y Hyde Abbey). Por allí podían verse al menos 3 fotógrafos y videógrafos documentando todo, y en un lateral la crew de amigos de la banda, encontrándose una vez más Gerard de Blaze Out, a quien pude saludar durante el día y estuvo en primera línea de los mejores conciertos.

Como decía, Crisix tiran de recursos para divertir a su público, ya un poco diezmado a esas horas, pero los muchos que estaban lo dieron todo. El medley de algunos clásicos del rock y metal como Beastie Boys, Iron Maiden, Pantera y Metallica que hacen, intercambiándose los puestos en los instrumentos y el micro, fue lo primero que pude escuchar íntegro. Después vino la brutal G.M.M. (The Great Metal Motherfucker) que, junto con Bring ‘em To The Pit y Ultra Thrash se encargaron de cerrar la fiesta. Antes de eso hubo tiempo para ver a Carry tocar la batería sobre una tarima encima del público, como ya hiciera el día anterior David ‘Deiv Hook’ Serrano, batería de Kitai, tomar mucha cerveza y soltar mucho humo y confetti. El cierre apoteósico sonando Flying Free de la mítica discoteca noventera Pont Aeri resume el espíritu de la banda catalana que una vez más pasó por Viveiro arrasando sin importar escenario u horario.

BIRDS IN ROW 

Y para finalizar esta gran jornada los franceses Birds in Row desde las 2 de la mañana nos dejaban boquiabiertos con su magia en el Chaos Stage. A pesar de que su estilo no es algo que sea difícil de ver, ya que hoy en día los grupos de Hardcore Punk son muy frecuentes, ellos en ciertos temas también se decantan hacia un estilo más Post Rock. Este trio tiene algo especial.

Entre las luces elegidas para esta actuación y las letras llenas de sentimiento como su conocido tema You, Me & the Violence, 15-38 o Triste Sire pudimos ver a los asistentes ensimismados escuchándoles, algunos incluso soltando alguna lagrimilla. No hubo rastro ni de crowd surfing ni de circles pits que ya son tan característicos en conciertos de este género. Durante los 50 minutos de su actuación tuvieron tiempo de repasar sus antiguos álbumes, pero dándole un lugar especial a su último trabajo We Already Lost the World y dejando a los asistentes con una muy buena sensación. Podéis leer una entrevista que les hemos realizado recientemente (leer entrevista aquí) y la crónica de su paso por Madrid en un concierto donde tuvieron más tiempo de mostrar lo que les hace tan especiales (leer crónica aquí).

En resumen, plegábamos velas tras un día prácticamente perfecto, donde el clima nos permitió disfrutar de todos los estilos que acoge el festival, con énfasis en bandas espectaculares y divertidas, algunas merecedoras de un mayor escenario y más audiencia, y el ansiado paso por Viveiro de los esperados Slipknot. Pronto os contaremos cómo vivimos la última y calurosa jornada de despedida…